En San Juan de Ulúa se construyó el primer faro de América.
Esta pequeña isla de México tiene una de las más antiguas fortalezas del país llena de historias. La construcción de San Juan de Ulúa fue planeada por los españoles al mando de Hernán Cortés el 22 de abril de 1519 en el contexto del descubrimiento de América y de los ataques piratas y corsarios de la época contra España. La fortaleza está construida en el estilo llamado traza italiana.
Su nombre prehispánico era Chalchicueyecan o Chalchichuecan. El 8 de abril de 1518 el capitán Juan de Grijalva, comandaba la segunda expedición de adelantamiento enviada desde la isla Fernandina (Ecuador) por Diego Velázquez. Tras descubrir y explorar en la desembocadura del río nominó a esta región Tabasco y la expedición y según la costumbre cultural y la política española de la época designada para América, añadió como nombre de pila el de San Juan al que ya tenía la isla, de lo que aquí resulta San Juan de Ulúa.
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Esta isla fue abrigo y muelle para los galeones que traían mercancías y viajeros de España. Desde la fundación de este puerto se supo que la navegación para llegar a él era difícil por los constantes nortes y huracanes. A pesar de esto, se consideró que era el mejor resguardo contra demás peligros naturales y los piratas, por el sistema de arrecifes que actúa como una barrera protectora.
Hacia 1535 se inició la construcción de la fortaleza, sobre todo con piedra de coral del lugar, con el fin de proteger del fondo a las embarcaciones por el mal tiempo, piratas, corsarios y filibusteros. San Juan de Ulúa se convirtió en la fortaleza más formidable de su tiempo en esta parte del hemisferio.
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Al ser consumada la independencia mexicana, la fortaleza e isla se convirtieron en el último baluarte de la metrópoli por recuperar su antiguo dominio. En ese lugar se defendió la soberanía de la nación mexicana; más tarde fue ocupada por el ejército francés en la Guerra de los pasteles en el año de 1838 y por las tropas estadounidenses durante la Invasión estadounidense llevada a cabo hacia 1847.
La más famosa leyenda de esta fortaleza es la de La mulata de Córdoba; quien, según la conseja, para escapar de la Inquisición pintó en los muros de su celda un barco que zarpaba hacia el horizonte, en el cual escapó.
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En el siglo XIX fue transformada y durante su época fue uno de los lugares más temidos de su época en el país. Fray Servando Teresa de Mier y Benito Juárez; así como Jesús Arriaga, “Chucho el Roto”, son algunos nombres de presos durante el gobierno de Porfirio Díaz, sobre todo porque logró escapar más de una vez de sus muros.
La limpieza de la prisión fue un trabajo más prodigioso que la del mercado, y necesitó el trabajo de infantes de marina, marineros y prisioneros durante varias semanas. Las paredes y los pisos fueron raspados, se trataron con vapor, se lavaron con creolina, y se enjuagaron con mangueras de alta presión. Las plagas de bichos fueron exterminadas con vapores de azufre; en total, los estadounidenses quemaron 1,200 libras de azufre.
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Tan sucias estaban las mazmorras más profundas que los presos que trabajaban allí, haciendo las tareas más nocivas, trabajaron por turnos para no tener náuseas por los olores. Cuando los agentes sanitarios quedaron finalmente satisfechos con las condiciones de la cárcel, las celdas fueron selladas. La fortaleza fueron utilizadas como cuartel de los infantes de marina y soldados.
La arquitectura de este sitio cuenta con obras defensivas exteriores de avanzada formadas por el Revellín de San José y dos Lunetos Santa Catarina y Nuestra Señora del Pilar así como un foso inundado para impedir el paso del enemigo. Su tipología corresponde a las Reglas del Arte de la Fortificación.
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Sus muros o cortinas tienen por el exterior una inclinación a talud para resistir el impacto de las balas de cañón. Sus cuatro cortinas cuentan con espacios abovedados, con acceso por la Plaza de Armas y estos fueron utilizados como almacenes y habitaciones para el alojamiento de las tropas.
Para la construcción de la fortaleza de San Juan de Ulúa se utilizó un coral llamado muca o múcara, debido a que en la zona no existía piedra. San Juan de Ulúa y Veracruz fueron el único puerto autorizado por la Corona española para realizar el comercio con Europa. Las mercancías provenientes de Europa se desembarcaban en Ulúa y desde aquí se enviaban a España los productos del Virreinato de la Nueva España y de Filipinas.
El país
En 1914 la fortaleza es nombrada residencia presidencial de Venustiano Carranza. Pero hoy en día, San Juan de Ulúa es una fortaleza que los visitantes pueden recorrer acompañados de un guía que se encuentra en la entrada, durante el trayecto se puede conocer el primer faro de México, atravesar el puente del último suspiro.
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