Fantasmas, asesinatos, historias de tortura y de amantes trágicos es la atmósfera que envuelve a la famosa Casa de las lágrimas en Taxco.
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La increíble Casa de las Lágrimas o Casa Figueroa fue construida en 1767. Se dice que fue encargo del Conde de la Cadena, quien figuraba como un personaje importante en Taxco en el siglo XVIII. La casa se construyó en su totalidad por un grupo de tlahuicas, a quienes se les trató con crueldad, llegando incluso a hablarse de torturas. El dolor y el llanto fueron parte también de los cimientos de esta construcción, y es de aquí donde surge el nombre de “La Casa de las Lágrimas”.
Imagen de: Facebook Casa de las lágrimas.
Tras la muerte del Conde, la casa es ocupada por sus descendientes: un padre y su hija. Se cuenta que la propiedad tenía una fama bastante particular, y que desde su construcción sus muros escondían sufrimiento y dolor. Es así como se narra que los nuevos inquilinos tuvieron un final trágico. De acuerdo a los habitantes de Taxco, la hija del hombre se enamoró de un joven de clase inferior a la de la familia. El padre, no complacido con el enamorado de su hija, y en su último intento por detener la relación, terminó matándola. La tragedia conllevó a que la casa quedara abandonada por un largo tiempo.
Imagen de: Facebook Casa de las lágrimas.
Con el paso de los años, volvió a ocuparse para diversas funciones: primero como cuartel general durante la Guerra de Independencia, después como casa de moneda, hogar para sacerdotes, prefectura y jurado de primera instancia y, por último, nuevamente en vivienda. Si te imaginas que aquí termina la historia, te equivocas. De la última familia que vivió en ella, se cuenta la historia de la señora Basilia (la única que quedó de la familia). Basilia era una mujer mayor, sola, adinerada y desconfiada, que tenía la costumbre de esconder su fortuna en los muros de la casa. No pasó mucho tiempo para que alguien intentara robarle, y así paso. Un día entraron a robar todas sus pertenencias y terminaron asesinándola. Nuevamente, la casa se vio sumergida en un halo lúgubre y tétrico, y se comenzaron a crear leyendas e historias sobre ella.
Imagen de: Facebook Casa de las lágrimas.
Tiempo después es adquirida por el señor Figueroa, de donde obtiene el nombre de “Casa Figueroa”. La casa se habilitó, pero el dueño, en vez de vivir en ella, decidió convertirla en museo. Pese a que actualmente el dueño ya falleció, la casa sigue en funciones y es considerada un monumento histórico de Taxco.
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*Imagen destacada de: Shutterstock