Además de sus impresionantes y bien conocidas pirámides, Teotihuacán es un paraíso para los arqueólogos; sus “palacios” dan pistas sobre cómo era la vida cotidiana en ese entonces. Uno de los más sorprendentes es Atetelco.
. . .
La zona arqueológica de Teotihuacán es mundialmente conocida por su majestuosa arquitectura monumental. Las pirámides del sol y de la luna son, probablemente, los templos prehispánicos mejor conocidos. Son de las primeras cosas que se vienen a la mente cuando uno piensa en México. Sin embargo, distribuidas alrededor del enorme centro ceremonial se ubican las zonas residenciales, mejor conocidas como palacios. En esta ocasión nos concentraremos en Atetelco, la escuela de los guerreros.
Imagen de: Arqueología Mexicana
Imagen de: Flickr
Estos “palacios” en realidad eran grandes conjuntos de departamentos, en donde vivían la gran mayoría de los teotihuacanos. Son residencias multifamiliares de cal y canto donde residían entre 20 y 200 personas. El cuidadoso trabajo de albañilería y mampostería sugiere que la población de Teotihuacán vivía con un bienestar relativamente elevado.
Cada departamento está compuesto por cuartos en torno a patios con pórticos, los cuales permitían la entrada de la luz, la captación de agua pluvial y la ventilación. Tenían sus áreas de estancia y reposo, de preparación de alimentos, de almacenaje, de trabajo, de culto y enterramiento y de desecho. Además, había áreas comunes para cada conjunto de departamentos, asociadas a la práctica ritual. De hecho, se cree que los habitantes de cada conjunto estaban emparentados entre sí, desempeñaban un oficio común y rendían culto a un mismo dios patrono.
Imagen de: Flickr
Sin embargo, lo más interesante de estos “distritos” es que están decorados por murales y frescos, los cuales representan la vida diaria de los teotihuacanos, su pensamiento y sus creencias. Uno de ellos, llamado Atetelco, tiene una temática de pintura que se centra en las actividades relacionadas con la guerra. Por la gran cantidad de murales bélicos que se aprecian, se especula que Atetelco fue una escuela militar o cuartel.
Imagen de: Wikimedia Commons
Imagen de: Arqueología Mexicana
Entre las muchas representaciones pictóricas del lugar, destaca “La Procesión de Sacerdotes”, en donde aparecen varios personajes de perfil que portan un bastón; a su lado aparece un caracol, del cual surge la voluta de la palabra. Estos personajes se identificaron como sacerdotes que están realizando un ritual. Otros murales destacables representan a un guerrero águila, una advocación de Tláloc, jaguares y serpientes y armamento militar variado: chimallis (escudos), cuchillos curvos de sacrificio, corazones atravesados por flechas y otros.
Atetelco da cuenta de la importancia ritual de la guerra en las culturas prehispánicas, la cual se veía como un ciclo de renovación y como una oportunidad para ofrecer sacrificios a los dioses. Un lugar invaluable para entender y honrar nuestras raíces.
Otro mural impactante de Teotihuacán: la “mujer araña”.
*Imagen destacada de: Flickr