Arte de Alvarado Frazier
Los mayas conocían los misterios de la felicidad…
Según la Real Academia de la Lengua; un proverbio es una frase de origen popular repetida tradicionalmente en la cual se expresa un consejo. En otras palabras, estos fenómenos lingüísticos son pequeños enunciados didácticos (enterrados en el pasado) que nos permiten comprender de una manera más profunda la existencia.
Piezas de conocimiento que se pueden encontrar en los inicios de cualquier civilización antigua, incluyendo por supuesto la de los mayas; una misteriosa comunidad indígena milenaria que se ha caracterizado, entre otras cosas, por la gran sabiduría que concentraron durante su breve hegemonía en el sureste mexicano.
Es correcto afirmar que ninguna cultura originaria de Latinoamérica dejó tantos testimonios concretos como la de los mayas. Ninguna ofreció al hombre tantas certezas acerca del espíritu, sus grandezas y sus límites. Ninguna determinó con tanta minuciosidad formas tan concretas para entender la existencia y la felicidad en su conjunto.
Y es que durante su predominio, los mayas construyeron una forma particular de ver y entender el mundo que los rodeaba. Dejaron magníficos edificios arquitectónicos, crearon su propia numerología y sus propios calendarios y también escribieron, para los que quisieran tomarlos, algunos consejos prácticos para que las personas vivieran en paz consigo y con los que lo rodea.
Un ejemplo glorioso de lo anterior es el nutrido grupo de proverbios que los mayas contaron de generación a generación. Pedazos de erudición que a pesar de su antigüedad siguen vivos y son perfectos para comprender las enormes contradicciones que tiene el siglo XXI.
Consejos ancestrales que en esta época de sobreinformación, en la que todo el mundo habla y habla, fungen como pequeñas luciérnagas en la infinita oscuridad del presente, y nos pueden enseñar todo lo que necesitamos saber de estos tiempos en los que todo está mutando.
¿Nos acompañan a este recorrido por la mística prehispánica?
Néent a bae’ ka’ a wil bíixech
Espéjate para que veas cómo eres.
Calcal xuxac má uchuc yeztal iximí
No puedes poner maíz en una canasta con huecos.
Chac ilá tu hoppol hibal lic u talel a belticé; u lahik a kahsik u pach thané
Mira primero lo que haces, para que no te arrepientas después.
Binan u puczikal bulan tu tucul
Se fue su corazón , está sumergido en su pensamiento.
U hel u hel cacau, u hel u hel takin, u hel u hel ixim
Con cacao se paga el cacao, con dinero el dinero y con maíz el maíz.
Má hoppol a babal kab, al u hahil
No empieces a dar rodeos, di la verdad.
A than chicbezic maxech
Tu hablar te hace presente.
Chichcun a uol ichil a numya
Sé constante y ten ánimo en tus trabajos.
Mailí alah ba’alnaceché pact a neh
Antes de criticar, mírate la cola.
çah cimil uilal uinic ca zihi
El hombre nació para morir, es mortal.
Baci a cha octex a ximbal
No acortes el paso, no aflojes ni desmayes.
Bay u malel ik tulacalé
Todas las cosas pasan como el viento.