Fue impuesto por los mexicas y era el dios más importante de todo el Altiplano Central.
Su nacimiento tiene como origen Coatépec (que quiere decir “montaña de la serpiente”), en donde vivía Coatlicue, diosa de la fertilidad, madre de los 400 surianos y de la diosa Coyolxauhqui, que dirigía a sus hermanos. Un día mientras barría, encontró una pluma de papagayo, que guardó en su seno izquierdo. Para cuando terminó, de barrer la pluma, había desaparecido y ella se encontraba embarazada.
Al saber de su embarazo, Coyolxauhqui convenció a sus 400 hermanos para matar a su madre, debido a que había deshonrado su linaje. Debido a esto, Coatlicue temió por su vida, pero el hijo que tenía le habló desde su vientre y la tranquilizó, haciéndole saber que él la protegería. Cuando llegaron sus hijos listos para deshacerse de ella nació Huitzilopochtli (colibrí del sur), convertido en adulto y armado con un escudo de plumas de águila y empuñando la Xiuhcóatl (serpiente de fuego).
Con su arma logró cortarle la cabeza a su hermana Coyolxauhqui y la aventó al cielo tan fuerte que se convirtió en la luna mientras su cuerpo iba cayendo. A sus hermanos surianos los persiguió desde la cima de Coatépec hasta la falda de la montaña para masacrarlos. Fueron pocos sobrevivientes, quienes corrieron al sur hasta que se hicieron estrellas.
Tiempo después, se narra en la Tira de la Peregrinación, cómo Huitzilopochtli (dios del sol y de la guerra) le ordena al pueblo de Aztlán buscar un nuevo lugar para asentarse. Aquella tierra prometida estaría llena de riquezas naturales y les daría poder sobre los demás. La señal para dar con este paraje, como es sabido, fue un águila devorando a una serpiente sobre una penca de nopales.
La llegada al lugar indicado por el dios del sol llegó 210 años después en algún lugar de Texcoco, en el año de 1318 según el códice Mendoz. Ahí se fundó México-Tenochtitlán, ciudad que fungió como capital del Imperio Mexica, el más representante de la cultura prehispánica.
Para Huitzilopochtli, dios principal de la Triple Alianza, se le construiría uno de los principales altares del Templo Mayor que es descrito por el cronista Bernardino de Sahagún así: “La principal torre de todas estaba en el medio y era más alta que todas, era dedicada al dios del sol y la guerra. Esta torre estaba dividida en lo alto, de manera que parecían ser dos y así tenía dos capillas, cubierta cada una con un chapitel, y en la cumbre tenía cada una de ellas sus insignias o divisas distintas. En la principal estaba la estatua de Huitzilopochtli, el padre fundador de esta capital…”
Arte de Ricardo Olvera Espínola
Autor: Alejandro Nájera.