De cómo el cine puede cambiar el curso de la historia.
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Las imágenes antiguas están llenas de misterios y son capaces de revelarnos las otras caras de la historia de una nación. Vale la pena dialogar con ellas y preguntarnos:¿Quiénes son esas personas del siglo XX cuya imagen borrosa (sin color) aparece frente a la cámara? ¿Qué México les tocó ver? ¿Cómo era su vida cotidiana? ¿A qué cama de principios de 1910 llegaban? ¿Qué calles veían en su camino al trabajo?
Escudriñar en el pasado visual de un país no es una tarea fácil. Hay que ir más allá de la memoria y aprender a navegar en las tierras del olvido. Buscar entre las miles de imágenes que viven hacinadas en los archivos del mundo, para encontrar sólo esas que se resisten a morir y que pueden alumbrar los secretos de otro tiempo.
Quizá por eso, es recomendable de tanto en tanto buscar los cuadros que se pintaron durante la Independencia de México. Ver los ostentosos retratos de varios de nuestros héroes; ese famoso en el que Juárez está sentado en una silla con mirada seria. Y más interesante aún, contemplar las primeras películas que se hicieron en el país. Esos rollos en los que se puede observar a Porfirio Díaz inaugurando el ferrocarril, o los brotes de rebelión que interrumpían la paz en 1910.
De todas las películas hechas a principios del siglo XX, hay una en particular que ejemplifica todo lo anterior. Se trata de La vida del General Villa una cinta que se filmó en 1914, como resultado de un contrato que se hizo entre el Caudillo del Norte y la Mutual Film Corporation, para llevar a Hollywood la vida y obra de Francisco Villa.
Aunque no se sabe qué pasó con dicha película. Se sabe que un 5 de enero, Villa se reunió con un productor estadounidense en el Paso Texas. Se sabe que los productores pretendían convertir a Pancho en el protagonista de una película acerca de sus hazañas bélicas. Se sabe que a cambio de su participación el mexicano pidió el 20% de los ingresos en taquilla.
Fue así, como un grupo nutrido de: productores, camarógrafos y fotógrafos de Hollywood cruzaron la frontera para capturar durante el día (porque no se podía grabar en la noche) los pormenores sangrientos de la Revuelta de Ojinaga en Chihuahua, cerca del Río Bravo. Las imágenes que se tomaron en esa travesía son espeluznantes y fueron usadas para realizar, años más tarde, una película biográfica llamada La vida del General Villa.
Esta surrealista cinta, se basó en la historia que Francisco Villa les había contado a los realizadores. Fue grabada en escenarios de California que emulaban el paisaje mexicano y el actor protagónico de la película fue el mismísimo Pancho Villa, que durante semanas se interpretó a sí mismo.
Durante su estreno, La vida del General Villa causó gran alboroto. Fue exhibida en las mejores salas, con precios de entrada muy altos y orquestas en vivo dándole sonido a las imágenes mudas. A pesar de su éxito inicial, con el tiempo la productora se desentendió y lastimosamente la obra quedó en el olvido. Actualmente nadie sabe dónde están aquellos rollos tan importantes para nuestro país.
Para desentrañar este misterio hace unos años se realizó: Los rollos perdidos de Pancho Villa; un documental del año 2003 que indaga en el paradero de La vida del General Villa. Además de dar respuestas, esta película tiene el don de llevarnos por un viaje cinematográfico que nos permite atestiguar la resonancia que tuvo la Revolución Mexicana en el mundo. Una verdadera obra de arte que este día es perfecto para ver.