La poesía visual del desierto de Samalayuca

El estado más grande de México, Chihuahua, es también el que tiene la menor densidad de población. Gran parte de su extensión está cubierta de arena, lo que da lugar a vistas increíbles, como la de Samalayuca.

 

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México es un país precioso por donde se le mire: norte, sur, este, oeste, costa, montaña, ciudad campo, en fin, los paisajes dignos de película son incontables. Entre los múltiples y variadísimos ecosistemas con que nuestro país cuenta, también están las dunas de arena. Y decimos dunas en lugar de desierto, ya que las dunas tienen sus propios ecosistemas. Las diferencias de altura y las perturbaciones del viento dan lugar a una gran gama de microambientes. Uno de los mejores ejemplos es el desierto de Samalayuca, ubicado en Chihuahua.

 

 

samalayuca

 

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Imagen de: Flickr

 

Este paraíso natural se ubica a solo 50 km de Ciudad Juárez, y es uno de los atractivos turísticos más visitados del estado. A lo largo de una impresionante extensión de mil kilómetros cuadrados, la vista se deleita con un nuevo paisaje cada día. Esto se debe a los caprichos del viento, el cual mueve la arena a su voluntad, deshaciendo y creando nuevas dunas constantemente. De hecho, las dunas de Samalayuca están catalogadas como “errantes”, precisamente por esta curiosa característica.

La fauna y flora presente aquí son las típicas del desierto mexicano: arbustos y cactáceas, respecto de la primera, y coyotes, liebres, monstruos de Gila, pumas y víboras de cascabel, en cuanto a la segunda. Cabe destacar que exploraciones paleontológicas en la región han descubierto fósiles marinos de la era cuaternaria, lo cual sugiere que el desierto de Samalayuca estuvo bajo el mar hace miles de años. También han aparecido herramientas y utensilios hechos con hueso y piedra.

 

 

 

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Imagen de: El Heraldo de Juárez

 

En cuanto a las actividades que se pueden realizar a través de las dunas, hay muchas opciones. La primera y más evidente es simplemente explorar: caminar y caminar para descubrir detrás de cada médano un paisaje insospechado. Eso sí; recuerda contratar a un guía para no perderte. También se organizan noches astronómicas, sesiones de meditación y visitas a los petroglifos de la zona. Para los más audaces, también está la alternativa de practicar sandboarding; como su nombre lo sugiere, este deporte consiste en esquiar sobre las magníficas dunas de arena.

 

 

 

Otro paisaje desértico maravilloso: las Dunas de Yeso en Coahuila.

*Imagen destacada de: Wikimedia Commons