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La historia de la gárgola felina ubicada en la calle Motolinía

El Centro Histórico está lleno de monumentos, edificios históricos y piezas antiguas que cuentan historias insospechadas; una de ellas está en la calle Motolinía.

 

Cuando uno camina por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, está posando sus pies y sus ojos sobre siglos de historia. Grandes acontecimientos, tanto maravillosos como terribles, acaecieron en el corazón de la capital de nuestro país. Si bien todos conocemos el Templo Mayor, el Zócalo, la Catedral Metropolitana o el Palacio de Bellas Artes, hay otras figuras que, a pesar de ser considerablemente más pequeñas, igual son sumamente significativas para documentar la evolución de la ciudad.

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Imagen de: Sin Embargo

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Imagen de: El Souvenir

Al transitar la calle Motolonía, es difícil pasar de largo una pequeña gárgola, apostada en una pared, la cual se encuentra en la esquina con Madero. Sin embargo, este curioso objeto marca un evento trágico, que devastó a la ciudad hace cuatro siglos. Todos los capitalinos saben que una de las características más desfavorables de la CDMX es el hecho de que es susceptible a inundaciones. Muchos de nosotros hemos transitado sus calles hechas ríos, durante una de aquellas tormentas alocadas que se vuelcan sobre la ciudad.

Sin embargo, las inundaciones de hoy en día parecen poca cosa cuando se les compara con las de hace años. En 1629, después de una tempestad particularmente violenta, la Ciudad de México se inundó, y no emergió del todo sino hasta cinco años después. Tal vez esta terrible cantidad de agua fue desencadenada por Tláloc, furioso por la sangrienta manera en que los españoles conquistaron y destruyeron la bellísima Tenochtitlan.

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Imagen de: Nexos

El hecho es que esta tormenta ocasionó que se desbordara el canal de desagüe de Huehuetoca, lo cual desató la inundación más grande de la que se tiene registro en la metrópoli. Más de 30 mil personas murieron, y la vida de los que sobrevivieron quedó dañada durante un lustro entero. Al final de todo, lo único que quedó para atestiguar el hecho fue la gárgola con forma de león de la calle Motolinía. Cinco años después de la tragedia solo permanecían los edificios vacíos, con las manchas de humedad que marcaban el nivel del agua. En la marca más alta se colocó la gárgola, como un recordatorio que guarda el secreto de los días más funestos de la ciudad.

 

Otro emblema de un acontecimiento histórico en la CDMX: la bandera del Ejército Trigarante.

*Imagen destacada de: Sin Embargo