En México hay muchas cosas que se pueden tomar a broma, pero hablar de chiles y picante es un tema serio.
El chile (palabra derivada del vocablo nahua chilli) siempre ha estado presente en la cultura mexicana, incluso desde tiempos ancestrales. Diversas culturas prehispánicas inmortalizaron el uso del chile en las comidas, pero también mostraron su importancia en códices y glifos, como fue el caso de la cultura mexica, teotihuacana y zapoteca. Si esto no te asombra, aquí te va un dato curioso: El chile fue uno de los productos que la Triple Alianza exigía a sus tributarios. Por si fuera poco, los códices Mendocino y Florentino ilustran el uso de los chiles como método de castigo que se utilizaba para reprender a los niños.
Imagen de: De10
Sí, los mexicanos también somos amantes del chile. No existe comida perfecta si esta no pica (y no es broma). Si eres extranjero tal vez te parezcan exageradas expresiones como: ¡Entre más picante mejor! o ¡si no tiene chile no me sabe la comida!, pero probablemente ya te has dado cuenta que, para muchos mexicanos, el chile es lo equivalente a la sal y los condimentos para un buen platillo. Sin embargo, pese a ser tan consumidores de este producto, es curioso saber que de las 50 especies que producimos, solo utilizamos el 40%, es decir, nuestra canasta básica se conforma con 20 especies.
Bueno, ya que sabes lo mínimo indispensable, vamos a hablar de nuestros chiles favoritos, en relación a su escala de picor. Para ello nos vamos a basar en la escala Scoville. Esta escala es un sistema de medición inventada por Wilbur Scoville durante el siglo XX. Su objetivo es medir el grado de picor de los chiles por medio de la cantidad de capsaicina (componente químico que genera el picor) que contienen.
Chiltepín
Imagen de Baker Creek
Esta especie silvestre de chiles es muy usada en Sonora, pues ahí crece a las orillas de los arroyos y las cañadas. El chiltepín es tan importante en este estado de México, que incluso lo usan para curar el cuerpo como dolores de oído, tos, gastritis e incluso mal de ojo. De acuerdo con la escala de Scoville, éste tiene de 100 mil a 200 mil unidades de capsaicina. Su nombre puede variar dependiendo del estado de la República, algunos ejemplos son: chile de monte, chilpaya, amomo, chile mosquito y chile piquín.
Habanero
Imagen de: El Financiero
El chile habanero es cultivado principalmente en Yucatán, Baja California Sur, San Luis Potosí, Chiapas, Sonora, Tabasco y Veracruz. Es el chile más picoso producido en México y se encuentra entre las 150 mil y 325 mil unidades Scoville. Seguramente te has pegado una buena enchilada con una cochinita pibil alguna vez.
Piquín
Imagen de: Mercado Libre México
No te dejes engañar por su tamaño: el chile piquín se encuentra entre las 50 mil y 100 mil unidades, llevándose a toda honra el segundo lugar de nuestra lista. Además, una de sus ventajas es que es de fácil adquisición, ya que se encuentra de forma silvestre.
Tabasco y manzano
Imagen de: Pica y Repica
Imagen de: Larousse Cocina
Propios de Tabasco y Michoacán, este dueto es de los preferidos para hacer buenas salsas y acompañar en tacos y quecas. Su escala ronda entre las 30 mil y 60 mil unidades y también se presentan de forma silvestre.
De árbol
Imagen de: Animal Gourmet
Uno de nuestros más conocidos chiles ancestrales. También se presenta de forma silvestre y es de los más utilizados para salsas, en donde se distingue mejor su delicioso aroma. Se encuentra entre las 15 mil y 30 mil unidades Scoville.
Serrano
Imagen de: Cocina Delirante
Originario de las regiones montañosas de Puebla e Hidalgo. El serrano es el mejor para los amantes de los chiles amor (amordidas). Se encuentra entre las 10 mil a 20 mil unidades y es de los menos picosos que podrás encontrar, si eres aguantador.
Aquí te dejamos; El origen del aguamiel, bebida tradicional mexicana.
*Imagen destacada de: El Holandés Picante.