Los edificios abandonados y los pueblos fantasma siempre tienen un aura de misterio y olvido que los rodea; uno de ellos es el de Padilla, el cual fue engullido por la Presa Las Adjuntas.
En el municipio de Padilla, Tamaulipas, permanecen los restos históricos de uno de los pueblos fantasma más interesantes de México. Dicho pueblo tenía el mismo nombre que ahora porta el municipio, y fue nombrado así como homenaje a doña María Padilla, esposa del virrey conde de Revillagigedo y benefactora de la región. Para comenzar a contar su historia, hemos de comenzar por el final: los edificios del antiguo pueblo ahora se encuentran total o parcialmente sumergidos por el agua de la Presa Vicente Guerrero, también conocida como Presa Las Adjuntas.
Imagen de: México Desconocido
El pueblo de Padilla se fundó en 1749, bajo el nombre de Villa de San Antonio, pero sufrió un cambio muy significativo, el cual, afortunadamente, no sucedió debido a una tragedia. Lo que pasó fue que, en 1971, se decidió inundar el pueblo por completo. Pero no nada más porque sí; esta fue una acción planificada y, hasta cierto punto, necesaria. El pueblo estaba en un lugar estratégico, localizado cerca de los ríos Purificación y Corona.
El problema es que, en la época de lluvias, ambos ríos se solían desbordar, causando estragos en la zona. La única solución posible fue fundar una presa, la cual contendría las torrenciales aguas de las crecidas. Sin embargo, esto no era sencillo; no había en los alrededores un lugar despoblado que cumpliera con las condiciones. Así, después de mucha deliberación, se escogió el pueblo para que fuera el recipiente de la Presa Las Adjuntas. De esta manera, el pueblo se desalojó y se dirigieron las aguas de los ríos hacia él, solucionando el problema.
Imagen de: México Desconocido
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Cabe destacar que Padilla también fue el lugar donde fusilaron a Agustín de Iturbide, después de ser declarado traidor por autonombrarse emperador de una República independiente. Hoy en día, la Presa Las Adjuntas es uno de los destinos turísticos más bellos de Tamaulipas. Sus 39 mil hectáreas están rodeadas por la flora local, y también se puede practicar pesca deportiva en sus aguas. Asimismo, hay restaurantes pequeños, los cuales ofrecen platillos deliciosos de pescados, cocteles de mariscos y langostinos. No obstante, la estrella del lugar es el pueblo sumergido. Durante la marea baja, muchos edificios se asoman a la superficie, brindando una vista igual de bella que melancólica y un poco triste.
Otro lugar que al norte del país que tienes que visitar: Múzquiz, Coahuila.
*Imagen destacada de: Turismo Tamaulipas