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La intrigante leyenda de La Manita del barrio de La Merced

En la fachada de uno de los edificios más emblemáticos de La Merced hay una mano de piedra que asombra a los transeúntes; “La Manita” tiene su propia historia.

 

El barrio de La Merced, el centro mercantil de la CDMX, es uno de los más bulliciosos y frenéticos de la ciudad. Como no podía ser de otra manera, entre tanta gente y tantos chismes y rumores, también abundan las leyendas en torno a él. Una de ellas es la de La Manita, un ornamento de piedra en forma de mano que se ubica en la fachada de una antigua fábrica de chocolates y dulces, conocida como “La Casa de la Manita”. El inmueble, ubicado en la esquina de Jesús María y la Plaza Alonso García Bravo, llama la atención por su extraño adorno.

 

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Imagen de: El Universal

 

Durante los siglos XIX y XX, La Casa de la Manita tenía una fama considerable, ya que sobresalía por sus productos confitados de gran calidad, y luego por convertirse en una de las tiendas de abarrotes mejor surtidas de la zona. Sin embargo, lo que más apasionaba a los habitantes de La Merced eran las historias que giraban alrededor de su mano de piedra. Actualmente, se conocen dos versiones de cómo llegó hasta ahí.

La primera cuenta que, hace muchos años, La Casa de la Manita estaba habitada por una pareja de comerciantes. Cuentan las malas lenguas que la esposa tenía un amante, y que sustraía parte del dinero del negocio, ubicado en el mismo edificio, para dárselo a su enamorado, a espaldas de su esposo. Eventualmente, este último se enteró, y le cortó la mano a su esposa para escarmentarla. Posteriormente, mandó esculpir la mano de piedra en la fachada, para que la mujer nunca olvidara su traición.

 

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Fotografía de: Luisa Cortés

 

La otra versión y la más difundida dice que un grupo de ladrones se aventuró a robar las joyas sagradas del convento de los frailes mercedarios, el cual estaba justo enfrente del edificio en cuestión. Según se dice, uno de ellos comenzó a derrochar el dinero que ganó, llamando la atención de las autoridades. Después de un tiempo no muy largo, lo atraparon y lo enjuiciaron. Antes de ejecutarlo, le cortaron la mano y la clavaron en un muro aledaño al templo. Con el tiempo, la carne se secó y se descompuso, por lo que la sustituyeron por una mano de bronce. Sin embargo, esta fue robada, así que el dueño de La Casa de la Manita de La Merced decidió inmortalizar el hecho en la fachada de su inmueble.

 

 

Dirección: Jesús María esquina con Venustiano Carranza/Manzanares, Centro Histórico.

 

 

Otro edificio histórico de la ciudad, olvidado por el tiempo: el Cine Ermita.

*Imagen destacada de: Wikimedia Commons