Un sitio enigmático con cráteres volcánicos conocidos como las 7 luminarias.
El Valle de Santiago fue refugio de tribus recolectoras, que utilizaban los volcanes y lagos como albergue temporal. Las oleadas humanas posteriores se asentaron en los lugares vacíos en las márgenes del gran lago del Bajío, otras seguían su paso dejando un mosaico cultural que se adivina por los vestigios arqueológicos en los distintos sitios.
Su nombre se debe a 7 volcanes extintos distribuidos en un área de 90 km2; pero más allá de estos datos, el lugar tiene un halo de misterio debido a las siete formaciones que son llamadas El País de las Siete Luminarias o las 7 luminarias del Valle de Santiago.
Fotografía: Santiago Arau
En el Valle de Santiago, Guanajuato, una extraordinaria obra de la naturaleza evoca la Ley de correspondencia; se trata de las Siete luminarias, un cúmulo de cráteres cuyos centros, en su mayoría, han formado preciosos lagos. Los cráteres ?hoyos, hoyas o joyas, como les han llamado? son fuente de diversos mitos y metáforas en torno a su origen y relación con ciertas estrellas del universo. Por ello es que a cada una de ellas se le atribuye una importante carga energética y el poético apelativo de “espejos que reflejan las estrellas”.
Fotografía: Mas de MX
Ya sea por particularidades geológicas, por condiciones meteorológicas o a veces, incluso, sin explicación alguna, hay lugares que sugieren un halo de misterio. Al centro de México, en el estado de Guanajuato, existe uno de estos. Se trata de “Las 7 luminarias”, un racimo de volcanes, de los cuales 7 parecerían alineados con las estrellas.
La forma en la que están distribuidos los cráteres replican la disposición de las estrellas de la constelación de la Osa Mayor, fenómeno recuerdan una de las premisas más populares dictadas por la filosofía hermética; una oración universal que dice: Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Se trata de un principio de correspondencia. O una ley, que alude a la relación inevitable entre el cosmos y el microcosmos (o lo que es igual, el universo y el ser humano), y que por cierto formó parte del cuerpo místico de culturas prehispánicas, incluidos mayas y mexicas.
La Alberca
Uno de los cráteres más visitados ya que se dice que su lago no tiene fondo, y que contiene canales subterráneos y remolinos en su centro. Sus aguas son sulfurosas y dicen que avisa cuando alguna catástrofe ocurrirá tornándose de color rojo. Este cráter también es conocido como “El Templo del Silencio”.
Hoya de Cíntora
A esta agua salada se le atribuyen propiedades curativas y en su interior se han encontrado cuevas con pinturas rupestres y vestigios arqueológicos.
La Hoya de Flores
El más grande de los cráteres y también se le conoce como la Hoya Álvarez. En su interior podemos encontrar aguas termales y manantiales que brotan desde su suelo.
Rincón de Parangueo
El Rincón de Parangueo tiene tierra color blanco y aguas alcalinas, se llega a él caminando completamente a obscuras por un túnel de 500 metros de largo. Se dice que es uno de los cráteres con mayores concentraciones de energía.
Hoya de San Nicolás
En la Hoya de San Nicolás se dice que sus aguas formadas en tiempos de lluvia cambian de color para presagiar un evento climático, correspondiente también a la llegada de una nueva estación del año.
La Hoya Blanca
También conocida como Hoya de Piedra, se trata del cráter de mayor altura, con una altitud de 1850 metros.
La Hoya de Solís
La Hoya de Solís es uno de los que parecen más de ciencia ficción, ya que en este cráter se cultiva todo tipo de vegetales, que muchas de las veces tienen tamaños enormes.