Un equipo de arqueólogos que realiza trabajos cerca de la Ciudad de México descubrió los restos de más de 200 mamuts en lo que será el futuro aeropuerto de la ciudad.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) dijo que los huesos, encontrados en el sitio de construcción del aeropuerto internacional Felipe Ángeles, datan de hace unos 15.000 años.
Los restos fueron descubiertos cerca del lugar donde se construirá la futura torre de control del aeropuerto. Los excavadores del INAH han estado trabajando en el sitio, a unos 50 kilómetros al norte de la capital, desde abril del año pasado, buscando restos de animales de la era del Pleistoceno.
El hallazgo de estos mamuts marca un hito científico en el país. Las osamentas de estos gigantes mamíferos, que habrían vivido hace más de 14,000 años, se descubrieron en la base militar de Santa Lucía. Esto es a unos 45 kilómetros de la capital.
Se trata del “hallazgo más grande de este tipo” en el país, dijo a la AFP el arqueólogo Pedro Sánchez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Nos permitirá tener una muestra muy importante para llevar a cabo muchos estudios en el mundo sobre estos mamíferos”, añadió. El acompañamiento que el INAH realiza desde abril de 2019 dejó en octubre pasado un primer hallazgo de huesos de unos 14 mamuts, que datan del pleistoceno.
“No suponíamos que era un número tan alto de osamentas, se están haciendo excavaciones pertinentes, muy cuidadas para poder recuperar estos vestigios”, sostuvo.
El experto detalló que casi todos los esqueletos son de la variedad columbi o mamut colombino.
En la zona trabajan 31 arqueólogos y tres restauradores, quienes, además de los mamuts, también han encontrado caballos, camellos, osamentas humanas, vasijas, obsidiana y otro tipo de fauna como bisontes y camellos.
“Estamos haciendo el trabajo de ir armando la osamenta. Seguramente cuando acabemos el conteo tendremos más mamuts”, anticipó. Asimismo, el arqueólogo adelantó que el INAH planea exponer los vestigios en una galería.
Restos de un mamut ya habían sido encontrados en la década de 1970 mientras se construía el metro de Ciudad de México. Estos herbívoros que necesitaban gran cantidad de alimento encontraron en el entorno de los lagos de la cuenca de México un espacio idóneo para vivir, según los especialistas.