Como si fuera Tolteca: el legado de una poderosa civilización

“Tener el corazón de Tolteca” era ser digno de un gran conocimiento.

 

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La importancia de cultura toltecas es visible en los vestigios de sus enormes monumentos; como las pirámides encontradas en Tollan que contienen frisos, auténticas obras de arte con forma de secciones largas de paredes decoradas con pinturas y esculturas grabadas en la superficie. Uno de los frisos encontrados en una Pirámide tenía cerca de 40 metros de altura y tenía imágenes de jaguares y coyotes, símbolos de la guerra.

Las plumas de quetzal adornaban los tocados de los guerreros y de la nobleza tolteca. También forman parte de la imaginería de algunas de las deidades toltecas como su dios sol Quetzalcoatl, a quien siempre se le representa con las plumas de quetzal que llevan su nombre.

 

 

Los toltecas tenían una sociedad jerárquica que le daba mucha importancia a la conquista militar. Eran guerreros que habían avanzado en batalla al escalón superior del poder. Para los Toltecas, los sacrificios humanos y de sangre habrían sido una gran parte de su cultura.

Las ofrendas de sacrificio a los dioses eran esenciales para gobernar el ejército y el gobierno. El tzompantli es una de las grandes creaciones de los Toltecas, donde los enemigos vencidos o los sacrificios a los dioses estaban en los “tambores”. La clase alta de los toltecas tendría que incluir líderes militares y religiosos que trabajen en conjunto sobre el gobierno, el ejército y los rituales religiosos.

 

 

Continuando con la herencia mesoamericana que les legaron los primeros olmecas, teotihuacanos, mayas y otros; los toltecas construyeron una impresionante capital en Tollan que pasaría a civilizaciones posteriores como los aztecas, quienes consideraban a los toltecas como una civilización tan próspera que incluso afirmaban descender de esta una vez gran civilización.

Incluso, la mayor parte de la información sobre los toltecas proviene de textos aztecas y poscoloniales que documentan tradiciones orales y otro poco con fusionar el mito con la realidad para ayudar a establecer un linaje con estos viejos maestros.

 

 

Los toltecas tenían sus raíces en el pueblo tolteca-chichimeca, que durante el siglo IX d.C., había emigrado de los desiertos del noroeste a Culhuacan en el Valle de México. El corazón de aquella ciudad se trazó en un patrón de cuadrícula, similar a la ciudad maya de Chichén Itzá. Los mayas también tenían una versión de un héroe cultural conocido como la ‘Serpiente Emplumada’, traducida como Kukulcán y contemporánea con el Quetzalcóatl tolteca; esto y las similitudes arquitectónicas sugieren que existía un estrecho vínculo cultural entre las dos civilizaciones.

El Tollan de la mitología azteca era famoso por sus suntuosos palacios e imponentes edificios hechos de oro, jade, turquesa y plumas de quetzal. También se pensaba que la ciudad se había inundado con la riqueza generada por los talentosos artesanos toltecas, capacitados en metalurgia y alfarería, tanto que se decía que sus alfareros habían ‘enseñado a la arcilla a mentir’ (Coe, 156) y más tarde aztecas.

 

 

De hecho, a los metalúrgicos y joyeros se les conocía incluso como tolteca. A los toltecas también se les atribuía el mérito de dominar la naturaleza y producir enormes cosechas de maíz y algodón de colores naturales de rojo, amarillo, verde y azul.

El sitio arqueológico de Tollan, aunque no tan espléndido como la leyenda, tiene una impresionante cantidad de monumentos sobrevivientes que incluyen dos grandes pirámides, una pasarela colisionada, un gran edificio de palacio y dos canchas de pelota, todo ello rodeado por una densa zona de viviendas urbanas.

 

 

A la fecha, se desconoce qué terminó con el dominio regional de la civilización tolteca. Un pueblo belicoso, conquistando las tribus circundantes e imponiendo tributos sin ninguna preocupación por la integración en la cultura política y religiosa tolteca; se cree que el imperio Tolteca puo haberse desintegrado cuando fue sometido a la tensión de fenómenos naturales como una sequía sostenida.

Las disputas internas también pueden haber llevado a la ruptura de la estructura de poder, y esto se insinúa en las legendarias historias de batallas entre los dioses Quetzalcoatl y Tezcatlipoca, entrelazados con personajes históricos.

 

 

Como sea, el nombre tolteca tenía tanto prestigio y fueron muy apreciados por los mayas y los aztecas, en particular, quienes parecen haber copiado muchos aspectos de las prácticas religiosas y el arte tolteca que consideraron el período tolteca como una época dorada en la que se inventaron maravillas como la escritura, la medicina y la metalurgia.

Cualquiera que sea el legado real del pueblo de Tollan, para los aztecas eran los toltecas y no otros de quienes pretendían reclamar descendencia, y la magnitud de su reverencia y respeto se evidencia en la expresión azteca Toltecayotl o “como si fuera tolteca” o “tener un corazón tolteca” que significó ser digno y sobresalir en todas las cosas.

 

Foto destacada: Wikipedia