Saaptim: hermosas canastas elaboradas por la cultura Seri

Conoce las cestas que fabrican las mujeres Konkaak o seri.

 

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Los Konkaak o comca’ac, seris en castellano, significa “la gente”. El término seri proviene en cambio de la lengua yaqui y significa “hombres de la arena”. Hoy en día, habitan en dos localidades de la costa desértica del estado de Sonora: Desemboque, municipio de Pitiquito, y Punta Chueca.

De acuerdo con los ciclos de pesca, radican en diversos campos pesqueros a lo largo de 100 km de litoral. Se cree que en la época prehispánica estaban organizados en seis clanes sin jefes, y sólo era nombrado para cumplir tal función el individuo más capacitado en épocas extraordinarias, como la guerra, así como en tiempos difíciles de escasa recolección, caza y pesca.

 

 

Otra de las peculiaridades de los Konkaak son las cestas bellísimas que fabrican las mujeres de este grupo indígena. Las cestas representan la riqueza y complejidad de los seris, cuya vida ha transcurrido entre el mar y el desierto, y cuya historia es “tejida” por las mujeres de esta etnia a través de las grandes cestas que elaboran, denominadas saaptim.

El trabajo de la cestería que realizan las mujeres, es patrimonio de la cultura seri, y hace referencia a las singulares y tradicionales canastas en forma de olla que tejen con planta de torote.

 

 

Los materiales utilizados en la elaboración de la cestería comca´ac seri son: el torote (Jatropha cuneata), un arbusto del cual se seleccionan ramas rectas de un metro de largo y 1.5 cm de diámetro.

Además se utilizan tintes naturales de color rojo-café, que se obtienen de la corteza de la raíz del cosohue (Krameria grayi)llamado heeppool o_cósahui; mientras que el amarillo se obtiene del tallo de la flor de golondrina (Dalia emoyri) que llaman xométte o del hakin kóoski Cotton californicus; el negro se extraía del chamizo, arbusto mediano que puede ser Ambrosia dumosa o Atriplex polycarpa.

 

 

Asimismo, se utiliza un punzón hecho de pata de venado macho utilizada como aguja para atravesar la espiral del cesto. Pero los dientes y dedos se utilizan para rebanar y limpiar las varas de torote.

Todo comienza tejiendo un nudo utilizando las tiras gruesas y menos flexibles de la vara del jonote formando el alma del cesto. Con el uso del punzón se van enrollando las tiras blandas, que fueron extraídas con los dientes y dedos del artesano del interior de la vara, recubriendo el alma.

 

 

Se forma la base hasta alcanzar el tamaño deseado, continuando con las paredes del cesto y finalizando con la boca. Ésta puede ser más pequeña que la base o puede quedar abierta. Con el torote de colores se crean diversos diseños geométricos o zoomorfos de la región.

Las coritas o bandejas se utilizaban para la recolección de semillas y frutos como la pitaya, sahuaro y pechitas. Las canastas eran para guardar diversos alimentos y podían contener agua dado lo cerrado del tejido.

 

 

Existen distintas leyendas entorno a dos tipos de canastas ceremoniales. Una es que en la antigüedad un shaman les hizo creer que poseían poderes para la buena suerte. En la segunda, el espíritu maligno Coén pone en riesgo a la tejedora, por lo cual debe guardarse el cesto por las noches con plantas sagradas para proteger y evitar las envidias de otras personas.

La fiesta de la canasta grande o saptim se efectúa para finalizar su elaboración. Durante cuatro días se llevan a cabo danzas y juegos tradicionales, una celebración apoyada por los padrinos de la artesana por terminar la última espiral. Con esto el espíritu maligno abandona la canasta y regresa la buena suerte.

Foto destacada: Edmundo Kossio