Valle de Tehuacán: el origen de la vida y la biodiversidad en México

Este valle es uno de los espacios más resguardados de nuestro país ya que cada centímetro vale como el oro verde.

 

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El Valle de Tehuacán tiene 145 255 hectáreas de biodiversidad global. Esta zona árida cuenta con los niveles más altos de diversidad biológica en Norteamérica y por eso, la zona es reserva de la biosfera.

Ubicado al sureste de Puebla y al norte de Oaxaca, en Zapotitlán-Cuicatlán, San Juan Raya y Purrón, son las poblaciones que habitan y cuidan del 70% de las familias de flora de todo el mundo, aunque la zona es más conocida por sus grandes “bosques de cactus”, entre los que se encuentran 28 géneros y 86 especies (21 son endémicas).

 

 

Esta es una de las zonas más protegidas de México, por su gran riqueza de mamíferos: 134 especias, de las cuales 2 son endémicas. Si esto fuera poco, también albergan 353 especies de aves, 9 de ellas endémicas; existen 8 áreas de descanso para el guacamayo verde  que es una especie amenazada.

La evidencia arqueológica que se puede encontrar aquí ha permitido una de las mejores documentaciones en Mesoamérica. Sobrevivir al desierto suscitó un proceso constante de adaptaciones y desarrollo tecnológico durante más de 12.000 años.

 

 

El valle sigue siendo testigo de la innovación milenaria en la domesticación de las plantas y la gestión del agua (pozos, acueductos, apresas y canales), uno de los sistemas más diversos del continente, que también vio nacer la industria de la sal y la cerámica.

La presencia de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, los restos encontrados en cuevas, sus 22 sitios arqueológicos, la domesticación de las plantas, sus estanques de sal y la alfarería; hacen de este valle una lumbrera en la historia de nuestro país y de las culturas antiguas.

 

 

En nuestros días, el Valle de Tehuacán es protegido con la gestión de sus atributos naturales, para disminuir sus amenazas y generar acciones estrategias en conjunto con sus habitantes y entidades nacionales e internacionales.

El estudio de sus tres grandes pueblos, no ha cesado a razón de su abundancia, pero se hace con sumo cuidado para mantener los efectos de deterioro naturales; es decir, los sitios no son alterados.

 

 

A diferencia de otras zonas de características similares, la densidad poblacional es baja y sus amenazas limitadas; su uso turístico es mínimo, y precisamente por eso la zona es muy vigilada, ya que su potencial es considerable.

La Estrategia de Turismo de Naturaleza para la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (2018-2023) fue creada para equilibrar la protección del valle y el fomento de visitas responsables que apoyen la economía de las comunidades locales.

 

Foto destacada Cactófilos