Un paso contra esta otra pandemia que lleva años activa.
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Mexicanos participarán en la Fase 3 del ensayo clínico para desarrollar una vacuna contra el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) como parte del proyecto “Mosaico”, un estudio multicéntrico internacional en el que participan, entre otros, el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y la Clínica Especializada Condesa Iztapalapa.
La red HIV Vaccine Trials Network (HVTN) y la farmacéutica Janssen está detrás de este proyecto que busca probar la efectividad de una vacuna, que es la primera en 10 años que llega a Fase 3 para su prueba en humanos.
“Mosaico” pretende reclutar a tres mil 800 personas a nivel mundial, entre hombres cisgénero y personas transgénero, en clínicas ubicadas, además de México, en Argentina, Brasil, Italia, Perú, Polonia, España y Estados Unidos. Los participantes de este estudio tendrán que someterse a vigilancia durante mínimo 12 meses.
La razón de reclutar a hombres que tengan sexo con otros hombres y a personas transgénero “es que las personas con mayor riesgo en nuestro país de adquirir el virus están concentradas en estas poblaciones”.
En fechas recientes, los casos de VIH en América Latina aumentaron 21% en la última década. La directora del Centro para la Prevención y la Atención Integral del VIH/sida de la Ciudad de México, del cual dependen las clínicas Condesa, Andrea González y quien está al frente de la aplicación de la vacuna, señaló que en su centro se comprometieron a reclutar 150 participantes.
“El reclutamiento debía haber comenzado en el primer trimestre de este año, pero debido a la pandemia de COVID-19, el trabajo se retrasó y tuvimos que comenzar a finales de noviembre“, puntualizó.
“Aunque es un proyecto sumamente innovador y alentador, hay que ser cautos porque para tener los resultados de su efectividad tendremos que esperar por lo menos dos años y medio, debido al seguimiento de los pacientes una vez que tengamos el total de ellos reclutados”, advirtió González.
De acuerdo con la doctora Crabtree, la aplicación de la vacuna de prueba tiene una modalidad denominada “doble ciego”, lo que significa que a la mitad de los pacientes se les suministrará la vacuna y al resto un placebo. Esto, dijo, permitirá que los resultados finales “no presenten ningún sesgo”.
Para Rubén Barba, activista por los derechos de los usuarios con VIH en la asociación VIHas de Vida, la noticia de esta vacuna es recibida entre la comunidad LGBTTI+ con cautela. “Es un gran avance, pero para quienes convivimos con el virus nos preocupa que, de ser efectiva, se deje de invertir en la búsqueda de una cura”, zanjó.
La comunidad LGBTTI+ está en una polémica sobre si la selección de la población de riesgo que es candidata a participar en el estudio pueda reforzar el estigma que existe entre la población sobre las personas cisgénero y transgénero.
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