Espejo humeante o del mito de Tezcatlipoca, el gran dios de la oscuridad

Tezcatlipoca es una de las deidades más significativas del panteón azteca.

 

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Tezcatlipoca en náhuatl significa “Espejo humeante” y es el dios de la constelación de la Osa Mayor y del cielo nocturno, y una de las principales deidades del panteón azteca. El culto de Tezcatlipoca fue llevado al centro de México por Toltecas, guerreros de habla nahua del norte, sobre el final del siglo X.

Numerosos mitos relatan cómo Tezcatlipoca expulsó al sacerdote-reyQuetzalcóatl , la Serpiente Emplumada, del centro de esta última en Tula. Mago proteico, Tezcatlipoca provocó la muerte de muchos toltecas con su magia negra e indujo al virtuoso Quetzalcóatl al pecado, la borrachera y el amor carnal, poniendo así fin a la edad de oro tolteca.

 

 

El nagual o disfraz de animal de Tezcatlipoca era el jaguar, cuya piel manchada se comparaba con el cielo estrellado. Un dios creador, Tezcatlipoca gobernó Ocelotonatiuh (“Jaguar-Sol”),  el primero de los cuatro mundos que fueron creados y destruidos antes del universo actual.

Tezcatlipoca fue representado generalmente con una franja de pintura negra en su rostro y un espejo de obsidiana en lugar de uno de sus pies. El pueblo maya de Guatemala le venerado como un dios del rayo bajo el nombre Hurakan y otras representaciones muestran a Tezcatlipoca con su espejo en el pecho.

 

 

En la época azteca que comprende de los siglos XIV al XVI, los múltiples atributos y funciones de Tezcatlipoca lo habían llevado a la cima de la jerarquía divina, donde gobernó junto con Huitzilopochtli, Tlaloc y Quetzalcóatl.

Este dios presidió las telpochcalli, las “casas de jóvenes” o escuelas en las que los hijos de la gente común recibían una educación primaria y entrenamiento militar. Era el protector de los esclavos y amos severamente castigados que maltrataban a “los queridos hijos de Tezcatlipoca”.

 

 

Sin embargo, este dios recompensaba la virtud otorgando riquezas y fama, y castigaba a los malhechores enviándoles enfermedades (por ejemplo, lepra) o reduciéndolos a la pobreza y la esclavitud.

El rito principal del culto a Tezcatlipoca tuvo lugar durante Toxcatl, el quinto mes ritual. Todos los años, en esa época, el sacerdote seleccionaba a un prisionero de guerra joven y guapo. Durante un año vivió en un lujo principesco, personificando al dios. Cuatro hermosas chicas vestidas de diosas fueron elegidas como sus compañeras. El día de la fiesta señalado, subió los escalones de un pequeño templo mientras rompía las flautas que había tocado. En la cima fue sacrificado mediante la extracción de su corazón.

 

 

Fuera de la capital azteca Tezcatlipoca fue especialmente venerado en Texcoco y en la región Mixteca-Puebla entre Oaxaca y Tlaxcala. Tezcatlipoca negro fue el primogénito y podía traspasar a cualquier tipo de plano convirtiéndose a placer en cualquier ser. El espejo humeante en las narraciones es retratado como un ser que provocaba tentaciones en los hombres y ponía a prueba la mente de los hombres, persuadiéndolos al mal, pero también castigando la maldad y recompensando la bondad.

 

 

Era considerado el dios de la muerte, la belleza y de la guerra, señor de héroes y de jóvenes preciosas, representándolo siempre con un cuerpo joven y hermoso. Tezcatlipoca estaba relacionado a la oscuridad, hechicería, al jaguar Tepeyollotl (señor del eco, montañas y terremotos) quien lleva un espejo humeante y el anauatl, símbolo del dios.

A la par es representado con una pierna que muestra un hueso expuesto donde debería estar su pie, después de que se lo arrancara Cipactli, enorme lagarto que reinaba la tierra, quien de su cuerpo se crearon cerros, cuevas y lagos para que el hombre pudiera habitarla.

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