Visita la espectacular Wine Library, la vinoteca de la CDMX

Se trata de un espacio donde puedes beber vino de Sudamérica hasta China.

 

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Ya sabemos que el corazón de la Ciudad de México lo tiene todo. Pero si lo dudabas, aquí hay un sitio más para que agregues a tu visita. Se trata de un lugar donde se guardan como tesoros las botellas premiadas, en una bodega que parece la biblioteca de Harry Potter y la magia está presente en cada trago por copeo que se ofrece de añadas y etiquetas muy diversas. 

La Wine Bar es una embajada de los grandes vinos premiados en Bruselas. Abierto al público, en la calle. Es un escaparate singular que aloja los vinos y espirituosos premiados con medalla en Bruselas.

 

 

Carlos Barboa dirige este proyecto que ha hecho realidad. Se puede saborear por copa, o comprar botella y disfrutar de un lugar acogedor donde se siente la calma de un biblioteca y el lujo de templo gourmet. Hay vinos de 54 países desde China hasta Australia.

No obstante, el vino mexicano es protagonista en este espacio con más de 600 metros cuadrados con paredes llenas de botellas maravillosas.

 

 

 

Además, es el wine bar más grande de América Latina. Se trata de un espacio para el relax y escaparate de regiones como China o próximamente Jerez. Aquí se dan cita más de referencias, pero hay espacio para 700, 1500 copas de Bohemia completan la experiencia donde  el vino es el rey en esta Wine Library. Un paraíso en corazón de CDMX.

 

 

Es uno de los 15 mejores lugares en el mundo para vivir la experiencia del vino. Aquí despiertan y activan cada uno de los cinco sentidos, al igual que cuando se cata una copa de esta milenaria bebida.

El lugar busca promover el consumo del vino en el país y que sus visitantes vivan una serie de experiencias inolvidables relacionadas con la bebida. Cuenta con tres plantas y el predio y layout del recinto tiene historia propia; sin duda es un ejemplo a nivel mundial sobre este tipo de espacios de conocimiento y entretenimiento.

 

 

 

La casa fue construida al parecer en los años 20, por el arquitecto Antonio Rivas, quien además realizó varios de los predios en lo que era la Hacienda de la Teja. La vivienda albergó en los años 50 y 60 la primera sede del Piccadilly Pub, el primer bar de este estilo inglés en la CDMX. Por estas razones, la residencia está protegida y el nuevo proyecto debía respetar la fachada en su totalidad y algunos espacios aún originales; elementos de madera y parte de los mosaicos.

El diseño del proyecto, estuvo a cargo de la interiorista, Alejandra Medida y su socia, la arquitecta Fernanda Arriola; en compañía de Carlos Borboa y Baudouin Havaux, presidente del CMB. El objetivo era replicar un poco lo que es el vino, “una mezcla de clasismo y técnicas históricas para lograr sabores, olores y texturas, pero aplicado a procesos tecnológicos modernos y contemporáneos” define Borboa.

 

 

“Queríamos tener un sitio histórico, con muchos elementos recuperados, mezclados con otros modernos y con tecnologías de vanguardia”. Se recuperó la fachada en su totalidad, especialmente las columnas del balcón y toda la herrería, que es igual a la existente en las casas vecinas, también hechas por Rivas.

En contraste, la iluminación de todo el lugar, creada por Carlos Carreño, de BCA Taller de Diseño, busca ser muy teatral, pero con muchos “spot lights”, luces LED, y otros elementos que resaltan los objetos dentro de cada espacio.

 

 

El espacio está dividido en diferentes módulos de experiencia, con la intención de que el visitante pueda pasar un día completo y viva diferentes actividades. El primero es el wine bar, el lugar está acondicionado como cualquier bar europeo, con algunos detalles especiales como las paredes cubiertas de corcho de Amorin Cork de Portugal, acompañadas de espejos, una barra hecha de un tronco único de parota, con una base negra, como barro mexicano.

Atrás, se ubica una estantería con los vinos que se sirven por copeo y un show room de infusiones, la iluminación va dirigida a las mesas y luces led en la barra y en la estantería. Al final y para separar este ambiente hay una repisa con una marca de copas, que cuenta con un tragaluz gigante, iluminado con luces Led.

 

 

Al final de la planta baja se encuentra la Wine Library: el lugar más mágico del recinto, una biblioteca vínica con racks diseñados para mantener el grado de inclinación que deben tener las botellas.

Además, los racks cuentan con un sistema para que las botellas se muevan naturalmente en caso de un terremoto, y no se caigan o rompan, en este espacio se pueden ver 700 etiquetas distintas, pero es posible guardar hasta 3,500 botellas.

 

 

Wine Library CDMX

Dónde: Copenhague 23 de la Colonia Juarez de CDMX

Cuando: lunes a sábado de 13:00 a 19:00

Cuánto: según etiqueta de vino

Foto destacada Excélsior