El Oro es uno de los pueblos mineros con más historia y misterios del país.
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Acerca de la fundación de El Oro se han publicado diversos datos, como que fue fundado por la familia Mondragón, guiada por un niño que demostraba el lugar en donde pastaba su rebaño, lugar en el cual la familia vio brillar algunas piedras. Los Mondragón, que eran, barreteros, reconocieron el cuarzo, descubriendo la veta que llevó su nombre.
Otra versión dice que esta población se conoció en 1772 por unos misioneros jesuitas, uno de ellos al explorar descubrió la veta de los Mondragón, debido a que se encontraba en el predio de esa familia, que no era una veta, sino un clavito o vetilla que contenía oro y plata. Esta localidad a la sazón se llamaba Guadalupe de El Oro y era una ranchería con una docena o algo más de casas. Otra versión se dice que El Mineral de El Oro fue fundado en 1787 por los mineros que compraron el terreno a los propietarios de la hacienda de Tultenango.
El Oro, se cree, fue llamado así por el descubrimiento de una veta de oro que hizo don Vicente Arciniega en las faldas de unos cerros, a legua y media de otro Real de Minas muy antiguo llamado Tlalpujahua. Más allá de su origen incierto, lo que sí sabe es que durante la independencia, extranjeros y mexicanos que conocían el valor de las minas de El Oro como el ingeniero Vicente Rivafoli, compraron una empresa llamada Tlalpujahua Company, para limpiar 86 minas de esta localidad, más otras siete que estaban en la zona de El Oro, entre estas estaban las minas de Manuel Serrano, Ignacio Rayón y del cura de Tlalpujahua.
El Oro tuvo que esperar hasta fines del siglo XIX la inversión de fuertes capitales extranjeros, nuevas tecnologías, la introducción del ferrocarril y de la energía eléctrica, que influyó mucho en el auge de la industria minera y en la infraestructura de la cabecera municipal de El Oro, debido al interés del presidente de la República Porfirio Díaz, para que esta industria surgiera.
A partir del descubrimiento de la riquísima veta de la Esperanza, se convirtió en el centro minero más importante de la entidad, atrajo inversionistas de capitales extranjeros y gente de todas partes en busca de trabajo y comerciantes extranjeros, creciendo en forma acelerada la población.
El Pueblo Mágico de El Oro, en el Estado de México, es el lugar perfecto si buscas un destino para salir el fin de semana y deshacerte del ajetreo cotidiano. Se encuentra a dos horas y media de la Ciudad de México, a hora y media de Toluca; colinda al norte de Temascalcingo y al oeste con el estado de Michoacán.
Uno de los grandes atractivos del pueblo son los elementos arquitectónicos como escenarios naturales creando una atmósfera donde la realidad y la fantasía se unen. Vale recordar que el nombre de este Pueblo Mágico se debe a la etimología náhuatl Teocuitlapilli como “Lo que nos legaron los dioses”, en relación al metal extraído: el oro.
El Palacio Municipal, un edificio centenario del siglo XX que ostenta una construcción única en el país. Su arquitectura tiene elementos del neoclásico y del art nouveau yn la entrada se aprecia el mural “Génesis Minero” el cual retrata la vida de los habitantes en esos años, creado por el pintor Manuel D’Rugama.
Otro hermoso edificio neoclásico es el Teatro Juárez, inaugurado el 5 de febrero de 1907. Tiene una decoración morisca y salones de madera tallada, su fachada es de piedra, los muros laterales y el adorno del interior son de arte nouveau. El Oro puede ser visitado cualquier época del año, ya que tiene un clima templado subhúmedo, el cual permite tener un paseo muy agradable.
Ene l Parque Ecoturístico “El Mogote”, ubicado a 15 minutos de la cabecera municipal del Pueblo Mágico El Oro, cuenta con un clima agradable y rica vegetación siendo el lugar para los amantes del turismo de aventura. Ponte zapatos cómodos y comienza a vivir la adrenalina al lanzarte en tirolesa de ida y vuelta. Su circuito es de 200 metros sobre una barranca con más de 80 metros de altura donde puedes practicar rappel.
Además se encuentra el puente colgante de 30 metros de largo, desde donde puedes ver las aguas que caen al pie de la cascada formando una alberca natural que es utilizada como balneario por los visitantes. La zona cuenta con cinco cabañas que ofrecen servicio de hospedaje, además de un área de campamento.
No te vayas sin probar algo de la cocina local ofrece como una excelente barbacoa o carnitas, también hay mole rojo o verde, con carne de guajolote. Como digestivo prueba una “chiva”, un licor especial que de acuerdo a los lugareños cura el “espanto”.
El Oro
Dónde: 150 km de la CDMX rumbo a Hidalgo.
Cuando: 365 días al año
Entrada libre
Foto destacada ciudad y poder