Izamal es la ciudad amarilla de México y un impresionante legado maya

Fotografía de portada: Jesús Paredes y @travelwithtalia

Izamal es el rocío que desciende del cielo en maya.

 

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El origen de esta pequeña y elegante población proviene de una figura mítica, Itzamná o Zamná, “rocío que desciende del cielo” en maya, quien fue un instructor, maestro y sacerdote, considerado el dios del universo. Al lugar se llegaba por sus caminos de piedras blancas, era una ciudad que reunía otras ciudades, sus primeros asentamientos se remontan al siglo III d.C.

En este importante centro ceremonial fueron construidas 7 pirámides, de las cuales los españoles tomaron piedras para construir nuevos edificios. Los cocomes eran el grupo indígena que vivía en ese lugar y que con la invasión abandonaron sus hogares dando lugar a la etapa de las grandes haciendas.

 

 

La Izamal colonial fue fundada a mediados del siglo XVI, periodo durante el cual algunas pirámides fueron cubiertas y razón por la que después se le conoció como “Ciudad de los Cerros”, rememorando las pirámides cubiertas.

Hoy también se le llama “La Ciudad de las Tres Culturas” por combinar su pasado prehispánico, el período colonial y la época actual.

 

 

Para revivir aquellos días coloniales basta con recorrer el centro de Izamal. Hay muchísimo que ver aquí, la escultura del obispo Diego de Landa, el Templo de la Virgen de la Candelaria, la antigua estación de trenes, y las capillas de la Santa Cruz, de San José y de San Idelfonso. También puedes disfrutar del recorrido “Esquina de leyendas”.

En sí misma, la población se disfruta caminándola pues por acuerdo de las autoridades y sus habitantes, todos los edificios están pintados de amarillo y blanco, la uniformidad visual le da mucha elegancia y recuerda un poco a la bandera vaticana. Al respecto, el monasterio de San Antonio de Padua es el centro mariano más importante de los católicos yucatecos.

 

 

El convento es una obra colonial construida en 1561 sobre las ruinas del centro ceremonial de Pap-hol-chac. El claustro perteneciente a la orden franciscana posee el atrio cerrado más grande del mundo con 7,000 metros cuadrados

Aquí también se encuentra el Templo de la Purísima Concepción, en su interior se encuentra un retablo neogótico en donde se encuentra la Virgen de Izamal, traída desde Guatemala por fray Diego de Landa. En el lugar puedes solicitar un guía que te explicará más detalles de la construcción.

 

 

Otro lugar que debes conocer con calma es la Pirámide Kinich Kakmó que significa “guacamaya de fuego con rostro solar“. Es la pirámide más importante de esta zona, es la más grande en su superficie en Yucatán y la tercera de México después de la del Sol en Teotihuacán y Cholula en Puebla.

La gastronomía es otra gran razón para quedarse un buen tiempo, la amplia variedad y la sazón del lugar no tienen comparación: chaya con huevo, panuchos, los salbutes, el relleno negro, poc-chuc, cochinita pibil, sopa de lima, papadzules y el queso relleno.

 

 

Pero eso no es todo, falta el postre: marquesitas, camotes con coco, mazapanes de pepita de calabaza, tejocotes en almíbar y la yuca con miel, producto que local que encontrarás en muchas presentaciones y con gran calidad.

Antes de irte visita el Museo de arte popular y el Centro Cultural y Artesanal Izamal, donde podrás adquirir las Hamacas finamente elaboradas, joyería y otras artesanías locales.

 

 

 

Fotografía de Santiago Arau

 

Izamal

Dónde: Yucatán, a 72 km de Mérida

 

 

Foto destacada Viator