El inicio de una gran era cultural en Iztapalapa.
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En esta zona de la ciudad, Cuitláhuac II ubicó un jardín de ensueño donde había gran variedad de plantas, animales y chinampas. Muy cerca se edificó el Templo del Fuego Nuevo, ceremonia que se celebraba cada 52 años, actualmente es un sitio arqueológico que ubicamos en el Cerro de la Estrella.
De hecho, Iztapalapa ha sido siempre un lugar importante, y hoy quiere recuperar ese lugar por el lado de la cultura.
La famosa “Cabeza de Juárez”, es de los pocos museos del oriente de la ciudad que además es un monumento muy vistoso, que sobresale entre el asfalto por sus colores, no obstante, como toda obra que se encuentra a la intemperie es victima del clima y las manos urbanas; por esta razón la alcaldía que le da casa ha decidido comenzar un programa de restauración.
La obra que fue concebida por David Alfaro Siqueiros, pero terminada por Luis Arenal, cumple en marzo 45 años de haber sido inaugurada, y 20 años de haber recibido su primera restauración integral.
Además de subsanar los daños a causa del sismo de 2017, la restauración tiene otros objetivos como recuperar el color de la escultura, pero el principal es la conservación de los recintos culturales iztapalapenses.
La restauración de este monumento que rinde homenaje a uno de los presidentes más importantes de nuestra historia va más allá de recuperar los tonos originales de la obra y su autenticidad lumínica, busca garantizar el derecho a la cultura, una tarea que la alcaldía se ha tomado muy enserio.
Foto destacada El Universal.