El volcán más activo de México tiene las postales más increíbles que verás hoy.
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En la tierra donde habitaron purépechas, en donde puedes visitar un hermoso kiosko traído de Bélgica en 1891, se alza el volcán más activo de México, cuya fotografía tomada por Hernando Rivera de Colima ganó Mejor Fotografía en 2018 del National Geographic PhotoContest.
El fotógrafo colimense capturó el instante en el que un rayo se funde con una nube de humo y cenizas durante una “tormenta sucia”, fenómeno climático no tan usual que acontece cuando un volcán hace erupción.
La cúspide del precioso coloso colimense se ubica a 3,860 m sobre el nivel del mar, se estima que se formó durante el Pleistoceno tardío, es decir, casi paralelamente al surgimiento del Homo sapiens, estudios topográficos revelaron que su superficie está formada de rocas jurásicas y rocas calizas cretácicas, rocas sedimentarias marinas y formaciones graníticas de la era cuaternaria.
En un depósito de lava se hallaron restos arqueológicos de 2,500 años de antigüedad que posiblemente pertenecieron al primer grupo humano de la cultura Capacha que se instaló en la región. Los lahares son flujos de materiales volcánicos y agua que se desplazan en masa desde las laderas de los volcanes hasta superficies llanas, cubriendo todo a su paso.
La última erupción del volcán ocurrió en 2017, pero este dios purépecha tiene una larga historia eruptiva que se extiende entre los años 1560 y 1980, no obstante, su actividad más explosiva se dio en los años 1585, 1622, 1890, 1903, 1913, 2003 y 2005, incluso por las erupciones de 1869 y 1878 nació “el volcancito”.
La frecuente actividad del volcán a mantenido los ojos de científicos y fotógrafos sobre él, pues además de que debe ser observado y estudiado para salvaguardar a las poblaciones aledañas, el gigante de fuego ofrece postales tan hermosas que nos hacen admirar incluso los ríos piroclásticos que van desapareciendo todo a su paso. Aquí unas cuentas:
Foto destacada Hernando Alonso Rivera Cervantes
