Historia de los Mixtecos: una de las culturas más ricas de nuestro tiempo

Conoce algunas de las joyas culturales que debemos a los mixtecos.

 

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La gran Mesoamérica fue un tejido de pueblos que se fueron desarrollando desde tiempos ancestrales, la cultura mixteca tuvo su apogeo entre los años 200 y 900, su decadencia se debió a la balcanización de la zona, es decir, la desintegración en culturas aisladas y enemistadas, haciéndolos vulnerables ante el creciente imperio azteca.

La Mixteca, Ñuu Dzahui, País de la lluvia, comprendía lo que hoy son los estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero; su ubicación geográfica los vinculaba con los toltecas con quienes sostenían batallas que transformaron en alianzas para poder resistir al imperio mexica (azteca), que cesó el periodo de esplendor mixteco en el siglo X.

 

 

 

No resulta extraño que a la llegada de los españoles, el débil pueblo mixteco se alía para derrocar a los que siglos atrás les habían robado su poder. Aún con el desenlace que tuvo esa alianza y que todos conocemos, la influencia mixteca quedó fijada en muchos elementos culturales. Estos son algunos que conocemos.

 

 

La gran herencia mitológica mixteca fue el culto a la divinidad solar, Yya Ndicahndíí o Taandoco, aún cuando su deidad protectora era Dzahui, la lluvia, quien comparte atributos con Tláloc, la deidad teotihuacana y tolteca de la lluvia.

Al igual que otros pueblos veneraban a sus dioses con sacrificios humanos y animales, pero se piensa que a ellos se debe sino la creación sí la preservación del día de los muertos como una celebración antiquísima que ha ido recogiendo elementos de muchas civilizaciones.

 

 

 

Su sociedad dividida en jerarquías tenía en sus más altos cargos a religiosos y militares, quienes desarrollaron sus propias estrategias bélicas y armas, colocándolos como grandes guerreros. Los jefes militares también se encargaban del manejo económico.

Como muchos pueblos mesoamericanos, su economía se sustentaba en el cultivo de maíz, frijol, chile y calabaza, algodón y cacao; sin embargo, se enfrentaron constantemente al abrupto relieve y la escasez de agua, típicos de la región, por lo que desarrollaron un sistema de cultivos en terrazas, llamados coo yuu.

 

 

 

Participaban de la red de comercio de la región, siendo importantes productores de metales, como la magnetita, aunque se destacaron más por poseer a los mejores artesanos. Manejaron toda variedad de materiales, obsidiana, cristal de roca, cerámica policroma, hueso, madera, jade, concha y turquesa; con los que hacían figuras, herramientas, grabados, adornos.

Las piezas eran decoradas diversos colores y motivos geométricos, simbólicos o con representaciones semejantes a las de los códices. Fue en la orfebrería en la que destacaron, especialmente el trabajo del oro, que llamaban “excremento de los dioses”.  

 

 

Manejaban aleaciones, tallados y técnicas como el martillado, la cera perdida, la filigrana. Las piezas destacadas fueron los collares, pectorales, anillos, orejeras y narigueras.

Los mixtecos cultivaron una escritura pictográfica, que se conservan en algunos códices en los que se detallan las genealogías de las familias más importantes, sobre un cuero de piel de venado. Este es quizá uno de los aportes más importantes de esta cultura al legado arqueológico mesoamericano.

 

 

Junto con los zapotecos, los mixtecos son la tradición cultural con más profundidad histórica y cultural y de mayor longevidad en nuestro país, conservándose aproximadamente por 3 mil años.

Visitar las regiones de México donde habitaron es conocer una civilización que perdura en los grupos étnicos que guardan celosamente una notable variedad de lenguas, así como de costumbres y creencias con raíces prehispánicas.

 

 

Información de Arqueología Mexicana

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