Los paisajes glaciares se están convirtiendo en escenarios que no queremos perder.
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La última era del hielo vio sus últimos días hace unos 10 mil años y de ese tiempo provienen los glaciares mexicanos, en ese tiempo los bloques de hielo se instalaron en el Ajusco, en la Sierra Nevada y en la Sierra de las Cruces que luego se convirtieron en los grandes lagos sobre los que se construyó la gran Tenochtitlán.
Un glaciar es una capa de hielo muy gruesa formada en la superficie terrestre por la acumulación de cantidades enormes de nieve durante largos períodos de tiempo. La cantidad de nieve caída excedió a la que se derretía y luego, por el peso de la misma, las capas inferiores se hicieron compactas y se formaron grandes masas de hielo. En la actualidad, los glaciares representan una superficie de más de 10 millones de kilómetros cuadrados, de los que la mayoría se encuentran en los polos y el resto esparcidos en las montañas.
Cuando hablamos de glaciares nos referimos a la nieve que se compacta tanto que no contiene aire en su composición que para conservarse como hielo necesita condiciones específicas de temperatura que varían por la altura y el lugar del mundo donde se encuentren, por ejemplo, en la región polar pueden estar a nivel del mar, mientras que en el Ecuador están a los 5 mil 700 metros.
La tarea de los glaciares es regular la temperatura, su color blanco hace que los rayos del sol se reflejen y no se absorban en el suelo, lo cual trae calor, cuando se derriten el agua alimenta a los mantos acuíferos.
Los problemas suelen aparecer cuando el ritmo de derretimiento rebasa el ritmo de recuperación del hielo, que es cuando estos paisajes helados desaparecen.
En México las condiciones para el surgimiento de glaciar se dan en tres cumbres, en el Iztaccíhuatl, la Mujer dormida que se encuentra a 5,240 metros; el Popocatépetl que está a 5,420 metros y en el Citlaltépetl o Pico de Orizaba el gigante que se eleva a 5,670 metros sobre el nivel del mar.
En el Iztaccíhuatl hay cinco zonas glaciares cuya ubicación se facilita si nos referimos a la cumbre como mujer; siendo así, las zonas de hielo se encuentran en el pecho, en la panza y tres más en el lado suroriente. Solían ser 11 zonas glaciares, pero han desaparecido por las zonas industriales que se han levantado cada vez más cerca de la zona.
El famoso Popocatépetl, conocido como Don Goyo por los lugareños, se quedó sin glaciar desde la erupción de 1994 pues el material volcánico y las cenizas provocaron que la nieve se derritiera constantemente y el glaciar terminó por desaparecer. En 2001, la comunidad científica del país lo declaró extinto.
El glaciar más abundante del país se llama Jamapa, es uno de los cinco que alguna vez tuvo el volcán que conocemos como Pico de Orizaba. Este glaciar también está en peligro de desaparecer, se calcula, dentro de los próximos 20 o 30 años.
Dada la problemática del calentamiento global del planeta, de particular interés resulta ahora el estudio de los glaciares, ya que en todo el mundo se encuentran en retroceso. Los glaciares aquí descritos han disminuido considerablemente en las últimas décadas. El Instituto de Geofísica de la UNAM está trabajando actualmente en una medición de los glaciares del Popocatépetl y la Iztaccíhuatl, y los resultados de dicha investigación darán luz en cuanto a la precisión de dicho proceso.
L temperatura de congelación que hace que los hielos duren en las cumbres nevadas de los volcanes está llegando a un nivel que pronto va a rebasar las cumbres.
Los glaciares no son producidos por una maquinaria que los genere de una manera continua, y conforme siga avanzando el calentamiento del planeta no habrá forma de parar la desaparición glaciar, advirtió Hugo Delgado Granados, director del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A diferencia de otros países, en México los glaciares no están expuestos a la voracidad de las compañías mineras, pero definitivamente están en proceso de desaparecer si no los cuidamos.
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