La primera ciudad en dominar Mesoamérica. San Lorenzo, capital Olmeca

San Lorenzo, la ciudad comercial de los olmecas.

Autor: Nuevo Adicto.

 

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Los olmecas son considerados, por muchos autores, como la “cultura madre” de los pueblos mesoamericanos y una de sus ciudades más importantes fue San Lorenzo, que del 1200 al 800 a.C. se convirtió en su capital, albergando a más de 10 000 personas.

Se ignora el nombre que los habitantes olmecas designaron a la ciudad, pues, se desconoce su lengua y escritura. Algunos investigadores, como Kaufman y Justeson, han propuesto que el habla Olmeca tiene como base la familia lingüística mixe-zoque, pero no se ha confirmado. Además, las propuestas más aceptadas nos indican que no tenían una escritura para componer palabras, sino glifos que representaban los objetos del mundo, que hace más difícil encontrar el verdadero nombre de San Lorenzo.  

 

 

Una de las peculiaridades de San Lorenzo es que se ubicó en una isla de la cuenca del río Coatzacoalcos, en el actual Estado de Veracruz, lo que limitaba en gran medida la producción de alimento, por lo que sus habitantes desarrollaron amplias redes de comercio fluvial y en menor medida terrestre.

Actualmente, la isla ha desparecido, debido a que sus pobladores, durante más de 400 años, modificaron el espacio colocando millones de toneladas de tierra en la cuenca del río para que la isla tomara la forma de una montaña sagrada en honoro de la deidad primordial de la Tierra.

 

 

¿Cuáles fueron los productos que los habitantes de San Lorenzo intercambiaron por comida para su subsistencia? Principalmente el chapopote, vasijas de caolín y cuerdas fueron los artículos que los habitantes trabajaban para intercambiarlos en los circuitos comerciales.

El chapopote, fue un material muy codiciado por los pueblos mesoamericanos, se utilizaba como sellador, para reparar canoas y revestían los tecomates que son una especie de vasija hecha de tecomate o calabaza, que servía para almacenar agua. La zona de San Lorenzo contaba, a su alrededor, con múltiples domos salinos de los que afloraba el chapopote, sus habitantes lo recolectaban y después lo preparaban en forma de pequeñas esferas que podían ser exportadas, con facilidad, a otras ciudades.

 

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El trabajo con arcilla blanca (caolín) fue muy apreciado por los pueblos precolombinos y los habitantes de San Lorenzo eran expertos en su manejo, por lo que sus vajillas y en especial las figurillas que realizaban fueron cotizadas en el mercado de la región por su estética.

 

 

Las cuerdas, por su parte, tenían una infinidad de usos cotidianos para los pueblos precolombinos, mover los troncos cortados para las fogatas, asegurar los techos de las viviendas, subir agua de los pozos y ríos, tejer redes de pesca, entre muchos otros. Para fortuna de los pobladores olmecas, sus cuerdas elaboradas de palma y de otras fibras fueron las de más fama en la región, pues, se consideraban las más resistentes y duraderas, por lo que en las redes comerciales tenían una gran demanda.

 

 

Como podemos observar, San Lorenzo fue una localidad diferente a prácticamente todas las ciudades de Mesoamérica, pues, su subsistencia estuvo marcada, durante aproximadamente 400 años, por el comercio y no por la agricultura de subsistencia o el sometimiento militar de otras ciudades en busca de tributo.

 

 

Fuente: Escalante Gonzalbo, Pablo, Historia de la vida cotidiana en México I. Mesoamérica y los ámbitos indígenas de la Nueva España, México, FCE, CM, 2004, pp. 542.