La historia del Puente de Alvarado
Autor: Nuevo Adicto
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La historia del salto de Alvarado se remonta a los primeros años de la Conquista. Cuenta la leyenda que, a la media noche del 30 de junio de 1520, los españoles y sus aliados tuvieron que escapar de la ciudad de México-Tenochtitlán sobre la calzada de Tlacopan que estaba dividida por tres pasos o fosas. A su retirada, Pedro de Alvarado, que estaba completamente rodeado en el último paso, “clavo su lanza en los objetos que se asomaban sobre las aguas, se echó hacia adelante con todo el impulso posible y de un salto salvó el foso”, por tal motivo, se le nombró Puente de Alvarado y durante muchos años se conservó una zanja que recordaba el heroico suceso.
Se conmemoran los #500años de la victoria de los mexicas sobre los invasores españoles y aliados. Es tan claro que la historia la escriben los vencedores que le llamamos "Noche Triste" al día que ganamos la batalla, hoy debería ser día un nacional. #NocheTriste #VictoriaMexica pic.twitter.com/6cFjoE3tau
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La leyenda forma parte de los hechos ocurridos en la famosa batalla de la Noche Triste, sin embargo, algunos de los soldados que participaron como Bernal Díaz del Castillo e historiadores mexicanos del siglo XIX como Luis Gonzalez Obregón han propuesto que no existió el salto y con base al Proceso de residencia contra de Pedro de Alvarado se puede conocer lo que probablemente aconteció.
Sin embargo, ni los testigos de la batalla ni las fuentes coloniales hablan del ahuehuete. Al parecer, la primera mención data de 1885, cuando José María Velasco pintó el cuadro “El ahuehuete de la noche triste”, por lo que ahora se duda de su veracidad.
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Cortés y sus capitanes resolvieron dejar la ciudad de México-Tenochtitlán en la madrugada del 30 de junio de 1520, bajo la lluvia y la oscuridad se encaminaron por la calzada de Tlacopan en tres secciones. A la vanguardia se encontraban Gonzalo de Sandoval, Francisco Acevedo, doscientos españoles, veinte caballos y cuatrocientos tlaxcaltecas que transportaban un puente portátil para cruzar los pasos de la calzada.
En medio, se encontraban Hernán Cortés, Alonso de Ávila, Doña Marina, dos hijas de Motecuhzoma y cientos de cargadores con los tesoros de los conquistadores, todos ellos protegidos por doscientos cincuenta tlaxcaltecas y cincuenta españoles.
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Ni Noche Triste ni Victoriosa, señalan expertos en torno a los 500 años de la batalla en la calzada de Tlacopan
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En la retaguardia se encontraban Pedro de Alvarado y Juan Velázquez de León con doscientos soldados. Entre cada sección se dividieron unos siete mil soldados tlaxcaltecas para cubrir a los capitanes.
Los centinelas de la ciudad lograron observar el despliegue de tropas españolas y tlaxcaltecas, por lo que inmediatamente sonaron el caracol sagrado de la guerra. En segundos, miles de guerreros llegaron en canoas para detener a los conquistadores.
Se cumplen 500 años del asedio de los guerreros mexicas a los españoles conquistadores en su huida por la Calzada de Tacuba.
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Esta batalla, conocida desde la visión de Cortés como “Noche triste”, fue la respuesta de los mexicas a la matanza preparada durante la fiesta de Tóxcatl. pic.twitter.com/cHMMesVk2n
La vanguardia y la parte media del ejército de Cortés lograron cruzar toda la calzada, pero el puente móvil se derrumbó, dejando a su suerte a miles de soldados tlaxcaltecas y a la retaguardia española.
De todos los soldados que venían en la última sección, solo Alvarado resultó con vida, por ese y otros motivos, después de la Conquista, se le inició un Proceso de residencia en el que se le acusó de haber abandonado a sus tropas. En su defensa Alvarado comentó: “solo e mal herido, e el caballo muerto e viéndome de esta manera, pasé el dicho paso por una viga, e no me lo habían de tener a mal ni dármelo por cargo, pues fue milagro poderme escapar, e no lo pudiera hacer sy no fuera porque uno de caballo estaba de la otra parte, que era Cristóbal Martín de Gamboa, que me tomó a las ancas de su caballo e me salvó”.
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Las palabras de Alvarado desmienten la leyenda, nunca existió el famoso salto, pues, cruzó por una viga, sin embargo, en la memoria colectiva se conservó la hazaña, aunque para el conquistador, probablemente, el nombre de la calle solo le recordaba su gran momento de cobardía.
Para agosto de 2021, la calle de Puente de Alvarado, una de las más representativas y antiguas de la Ciudad de México, cambiará de nombre por Calzada México-Tenochtitlán, como parte de una reflexión, por parte del gobierno, sobre la conquista española acontecida hace 500 años.
Carlos Cañas Dinarte
Bibliografía: González Obregón, Luis, Las calles de México. México, Porrúa, 2009, pp.247.