El Baile de la Piña ha sido homenajeado en diversas partes del mundo.
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El baile de la “Flor de Piña” es un emblema de la Guelaguetza que se ha llevado a cabo desde hace más de sesenta años por Paulina Solís Ocampo, la maestra tuxtepecana a quien se le encargó la creación del baile por los gobiernos estatal y municipal en 1958.
Pero seis décadas después, la maestra no ha revelado cuál fue la inspiración para crear los trazos del bailable que encantó a propios y extraños, y que año con año es ovacionado con lluvias de aplausos desde la primera vez que se presentó en la Rotonda de las Azucenas.
Pero aquí te decimos algunas curiosidades sobre este precioso y aplaudido baile.
Conoce a su creadora
Paulina Solís Ocampo nació en junio de 1925 en la ciudad más importante de la Cuenca del Papaloapan, región que por su lejanía a la capital era más cercana a las prácticas culturales de Veracruz, entidad con la que colinda. Fue gracias a los pasos nacidos de la imaginación de la docente que Tuxtepec y la Cuenca figuraron en el folclor oaxaqueño.
En mayo de 1958 la maestra recibió la misión de crear un bailable que exaltara las raíces indígenas de la Cuenca y se alejara de la identidad jarocha que a decir del entonces gobernador, Alfonso Pérez Gasga, no era propia en Oaxaca. El único requisito fue que se ocupara la pieza musical del compositor Samuel Mondragón (1884-1962).
Origen de los pasos
“Me los saqué de la manga”, ha dicho en varias ocasiones luego de carcajadas, Paulina Solís Ocampo. Y así es, el origen de los pasos para dar vida al baile de casi 11 minutos, es un secreto. Pero este baile se inició con jóvenes de Tuxtepec, quienes provocaron gran admiración por su altura, su tez blanca y su desempeño, similar al de bailarinas profesionales.
Derechos del baile
En el año 2000 la también profesora, registró su famosa coreografía para tener los derechos. Pero durante muchos años, nadie del gobierno le dio las gracias “y sólo se dieron por bien servidos”. Con los derechos se ha asegurado que cada generación la interprete con amor y con orgullo de representar a la tierra cuenqueña.
Datos del vestuario
Este baile también se ha destacado por los bellísimos trajes que usan las bailarinas, mismos fueron pensados antes que la danza. A través del diseño del vestuario, Solís quiso rescatar los vestidos típicos de las comunidades de la Cuenca: San Miguel Soyaltepec, San Juan Bautista Tuxtepec, San Felipe Usila, Valle Nacional, San Felipe Jalapa de Díaz, San Lucas Ojitlán y San Pedro Ixcatlán. Las vestimentas de esta región comparten la cultura mazateca y chinanteca.
Los huipiles son diferentes, de acuerdo a la población en que fueron hechos, además de ser bordados a mano con diversos diseños y colores, y es la vestimenta ordinaria de las mujeres en esos poblados.
Poema Flor de Piña
El baile de la flor de piña inicia cuando un hombre de voz varonil recita el poema “Flor de Piña”, escrito por el poeta tuxtepecano Felipe Matías Velasco, y que describe cada uno de los huipiles de los siete municipios que conforman este baile, así como los bellos rasgos de las mujeres indígenas que los portan..
Música del baile
La música lleva el mismo nombre de poema, y fue creada en 1958 por Mondragón, quien buscó un ritmo que no tuviera similitud con el son jarocho, de mucha influencia en Oaxaca por su cercanía con Veracruz. Su reto fue recrear una música que tuviera una identidad verdaderamente oaxaqueña.
La coreografía rescata algunos de los modos y movimientos naturales de la mujer chinanteca, pero de una manera estilizada. El huipil y la mujer son uno solo, y la sonrisa no abandona nunca el rostro de las bailarinas. Con ello se logra un bello juego de luz a base de la cadencia del baile y la obra de arte que es cada huipil, al ser portado con orgullo.
Adornos del baile
Las bailarinas se caracterizan por llevar una piña al hombro adornada con un listón rojo. A esto también se le ha agregado, durante los años, la introducción del vals “La tonalteca” del compositor chiapaneco Alberto Peña Ríos, para que las bailarinas tomen su lugar y hagan una reverencia al público. Con esta adición musical, adquirió más realce y la hermosura que lo caracteriza.
Premios del baile de la Piña
En 2018, el baile de la flor de piña ganó el primer lugar del Baltic Pearl Festival de Rusia en 2018 en San Petersburgo. Fueron tomados en cuenta todo el conjunto dancístico, la coreografía y los trajes con los que se baila. En la Guelaguetza, esta danza es una de las más esperadas, siempre recibida con una lluvia de aplausos.
Foto destacada Vive Oaxaca