La jericalla es un postre tradicional de la tierra del tequila.
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Guadalajara se destaca por dos cosas: 1) sus mujeres son preciosas; 2) crearon la jericalla. Quizá falten muchas cosas más, pero la jericalla es un postre delicioso, con antecedentes europeos, creado en tierras tapatías y confeccionado por monjas.
Este un postre, a grandes rasgos, es una mezcla ingredientes europeos con mexicanos como leche, azúcar, huevos, canela y vainilla.
Como todos los postres típicos tiene diferentes versiones según la región, y también tiene diferentes teorías sobre su origen. Pero una de las más populares se remonta al siglo XIX cuando las monjas preparaban este postre para los niños, albergados en el Hospicio Cabañas, en el centro de Guadalajara.
Se dice que este postre lleva el nombre de la región natal de una de las madres, Jérica, que es un pueblo de la provincia de Castellón, comunidad valenciana de la comarca en España.
Pero otra versión, afirma que se trata de una receta francesa que la monja intercambió por ingredientes que tenía a la mano, y así resultó lo que fue un rico y apetitoso postre.
Sea cual sea la versión “original”, de lo que se trataba era de crear un alimento que contribuyera a la sana nutrición de los niños del Hospicio, pero que también fuera muy rico y atractivo para que ellos quisieran comerlo.
Se dice que tomo de base de huevo, leche y azúcar, un toque de canela y vainilla, sirvió para luego meterlo al horno. Pero que el trabajo de la cocina, y darle de comer a tantísimos niños, el postre que había metido a hornear fue olvidado y al momento de sacarlo estaba “quemado” de la parte superior, por lo que la monja decidió probarlo y descubrió que el sabor de la parte quemada del postre le daba un sabor único y especial.
Es por esto que la jericalla es una golosina que evoca el sabor del flan, pero su consistencia es más ligera en la boca, el sabor del dorado que la cubre (a leche quemada) es su principal característica, otorgándole un sabor especial y muy agradable.
La receta y popularidad se fueron extendiendo poco a poco por las colonias de Guadalajara y otros estados, hasta convertirse en un postre insignia tradicional de ese lugar.
Hoy en día, la jericalla goza de reconocimiento internacional, su delicioso sabor y su fácil elaboración, le han convertido en uno de los favoritos de los hogares mexicanos.
Este postre ha llenado de sabor las casas tapatías desde sus primeras versiones en el siglo XVIII hasta nuestros días. Aunque su origen sea incierto, debido a su parecido a la natilla europea, es otro de los mestizajes culinarios que han resaltar a la gastronomía mexicana.
Como dato curioso, el Hospicio Cabañas, donde se dice que se creó este gran postre, mismo que encuentra en el centro de Guadalajara y fue fundado por el Obispo Ruiz Cabañas como casa de caridad; recibió el título de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Hoy en día es un centro cultural en donde se albergan invaluables piezas del muralista mexicano José Clemente Orozco.
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