La estremecedora Cueva del Tiempo a la que pocos se atreven a entrar

La entrada a la Cueva del Tiempo aparece en la víspera de la Fiesta de San Juan Bautista.

 

Teziutlán es un pueblito conocido como “La Perla de la Sierra” que se encuentra en la Sierra Norte de Puebla, la población es famosa por sus manantiales rodeados de verdes bosques anegados de neblina desde donde nacen espectaculares leyendas.

Es verdad que Teziutlán es la zona con más niebla en México con alrededor de 280 días al año con niebla que a veces llega a 15 metros de distancia, probablemente por ella es que es tan fácil dejar volar la imaginación o, es por la neblina que aquí se ocultan seres y espacios nunca imaginados.

Justo ahí en la sierra, se ubica el cerro Ozuma, donde cuevas pequeñas y oquedades alojan misterios tales como el acontecido a Silvero en el año 1800 y razón por la cual el cerro fue renombrado como la Cueva del Tiempo.

Silverio era un joven, que como muchos otros en Teziutlán no era falto de inteligencia y habilidades, pero le había tocado nacer en un tiempo desafortunado para el pueblo, cuando la pobreza abundaba y el trabajo era escaso.

 

Él mismo se hacía llamar “Silver” como queriendo exaltar la importancia que poseía pero que era opacada por su situación social, la cual no permitiría lo sobrecogiera, así que decidió ir a donde nadie quería para cambiar su destino, a las faldas del Ozuma.

Era un medio día cuando Silver guardó en su morral unos ocotes, una cuerda, agua y comida para encaminarse a su nueva vida. Antes de partir sus padres le advirtieron que saliera de la cueva antes del amanecer para no quedar atrapado.

 

Ya había caído la noche cuando llegó al cerro, prendió fuego para darse luz y adentrarse a las entrañas de la cueva con la esperanza de encontrar algo que hiciera un cambio considerable de su existencia.

Con la luz tenue de los ocotes se dibujaban en las paredes seres del inframundo que parecían querer atraparlo, pero su deseo de quizá encontrar un tesoro lo mantuvo en su excursión inagotable, hasta que dio con lo que tanto deseaba.

Un cerro de monedas y joyas le impedían el paso, así que se sentó a imaginar cómo se llevaría el tesoro, pero la mente se le fue hasta cómo habría de gastarlo, concluyendo que sería mejor llevarse las copas con más joyas, ató al lazo lo que pudo.

El largo camino recorrido y la agitación lo dejaron rendido. Durmió. Cuando despertó su cuerpo estaba cubierto por una gruesa capa de polvo y telarañas, sin apenas notarlo se sacudió y emprendió el viaje a la salida.

 

Al salir el sol brillaba en el cielo y sobre un grupo de chozas que se veían muy cerca, Silver sintió algo extraño porque las edificaciones más cercanas se encontraban hasta Teziutlán, pero quizá había salido por otra oquedad.

Mientras avanzaba más desconocía el lugar, estaba seguro de encontrase lejos de casa, pero algo había de su pueblo menos la gente que lo miraba con gran sorpresa y lo llevaron ante un hombre muy anciano

 

Ambos se sorprendieron al reconocerse, los años habían pasado y Silver no entendía porque su antiguo amigo le preguntaba por la razón de su tan larga ausencia. Platicando, Silverio dio cuenta de que ya nadie quedaba ni sus padres ni amigos.

Así en su soledad y con la mano llena de un corto pero seguro futuro por los tesoros que había sacado, se preguntó si realmente había valido la pena adentrarse en la cueva del tiempo.

 

Teziutlán (en náhuatl: Teciitl, yotl, tepetl, tzintlán, granizo, propiedad, cerro, abajo, lugar junto al cerro lleno de granizo) es uno de los 217 municipios que conforman al estado mexicano de Puebla, se localiza en el noreste de la entidad, cerca de la zona limítrofe con el estado de Veracruz. Es conocida como: «La Perla de la Sierra».  

 

Teziutlán, Puebla

¿Dónde? A dos horas de la ciudad de Puebla y a 3 horas de la CDMX

¿Cuándo? Todo el año

¿Cuánto? Una visita de un día sale entre $800 y $1200 pesos

 

Fuente: Libro Leyendas y Mitos de Puebla
Autor: Salvador Momox Pérez

Foto destacada: Yo soy Puebla