El peculiar origen de la cemita y su registro histórico

La cemita es de fácil preparación, precio accesible y deliciosa.

 

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La cemita es el matahambre de 15 centímetros de diámetro que alimenta a todo poblano respetable durante la hora del almuerzo, porque es fácil de preparar, muy llenadora y al comerse al tiempo se hace fácil de llevar al campo o a la oficina, así se creó.

 

 

El pan

 

La cemita, como todo buen platillo mexicano, proviene de una fusión gastronómica que involucra los mejores sabores de varias naciones. Todo empezó con el pan, que durante los días de la Colonia era entregado como tributo a la corona española.

 

 

La ciudad de Puebla entregaba dos tipos de pan, uno era muy parecido a la baguette y el otro era más económico, el “pan basso” (sí, de aquí salió el pambazo) que se utilizaba para la gente pobre. De estos dos salió otro, un pan ácimo, que al faltarle la levadura lo hacía durar los largos viajes en barco.

Hay muchas teorías sobre aquel pan ácimo de donde proviene la cemita y su nombre, se dice que proviene de la herencia judía en España, afortunadamente para todos, la intervención francesa mejoró la elaboración del pan y por eso hoy lo conocemos crujiente por fuera y suave por dentro.

 

 

Elaborado con harina de Atlixco, “granero de México”, el pan cemita empezó a alcanzar mucha fama entre la población más pobre, hecho que consolidó su nombre hasta el siglo XIX. Ya con un lugar especial tuvo otra importante modificación.

El ajonjolí empezó a adornar la cemita hasta el año 1913, se dice que por la comunidad árabe que dibujaba con destreza flores, animales, nombres, paisajes y en algún momento hasta el escudo de armas de la ciudad de Puebla.

 

 

El relleno

 

Pero la cemita no es sin su relleno, que cuando nació, artesanos y campesinos la rellenaban con frijol y queso; cuando su popularidad creció también lo hicieron sus rellenos, unos más populares y tradicionales que otros.

La cemita tradicional trata de un bollo partido a la mitad, a cuya base inferior se le cubre con aguacate para luego agregar quesillo deshebrado, milanesa o pata de res, rodajas de cebolla, pápalo, aceite de olivo y si se desea, rajas en vinagre y finalmente su corona cubierta de ajonjolí.

 

 

Cemita

¿Dónde? Mercado de Sabores, Puebla de los Ángeles

¿Cuándo? Todo el año

¿Cuánto? $50 a $70 pesos

Foto destacada Yo Soy Puebla