Presa de la Olla, la historia, el mito y el romance de Guanajuato

Las casas alrededor de la Presa de la Olla son sitios protegidos por el estado.

 

 

“La Olla Grande” es el nombre que se le quedó a este sitio, luego de que en 1741 se mandó a construir una presa para enfrentar la sequía, ya que estaba cerca de un rancho homónimo.

La Olla se concluyó en 1749, y un año después hasta la actualidad que se empezó a realizar la tradicional apertura de la presa, esto con el propósito de limpiar las aguas y poder almacenar el agua de las lluvias fresca y limpia. 

 

 

 

Antes de abrir la presa, era necesario alertar a la población para que se pusiese a salvo y evitar accidentes. Pero poco a poco se ha convertido en una tradición de reunirse en los alrededores y observar el espectáculo hasta llegar a ser una festividad muy esperada a nivel estatal.

Así que Guanajuato, la ciudad de las ranas, ha celebrado esta fiesta desde finales del siglo XIX  a la que se le han agregado juegos mecánicos, centros de diversión, puestos de comida entre otros, transformándose en una fiesta donde la sociedad guanajuatense convive año tras año.

 

 

Ahora se lleva a cabo cada año el segundo lunes del mes de Julio, complementándose con las celebraciones de las fiestas de San Juan y Día de la Cueva, todas ellas patrimonio cultural intangible del estado de Guanajuato.

Lo que sigue siendo un poco mítico, es el faro cerca de la presa. Alrededor de este mito se han creado diversas versiones, siendo tres las más populares.

 

 

 

La primera teoría es que fue construido para orientar a tripulaciones aéreas que pasaban por el lugar, debido a que las formaciones rocosas y cerros son de gran elevación. Otra asegura que fue construido por el municipio, con el objetivo de orientar a los arrieros que realizaban sus recorridos por la sierra.

La más popular de ellas, es la de un marinero oriundo de Guanajuato que se instaló en la cima del cerro que colinda con la Presa de la Olla.

 

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Cuenta la historia que era común verlo sentado observando el paisaje y fumando su pipa en el lugar donde tiempo después con ayuda de albañiles levantó un faro, se dice que el viejo veía en las colinas y montañas al caer la tarde, un paisaje sumamente parecido al mar y sus gigantescos oleajes.

 

 

Hoy en día es un sitio romántico y divertido para pasear en lancha, ya que en la presa se puede remar, por su baja profundidad y dimensiones. Se permite a los que desean pasear al interior del vaso captador, hacerlo con las lanchas que se tienen a renta de los visitantes.

Mientras no haya desahogo de la presa al aperturar sus compuertas, sus aguas son tranquilas y limpias para realizar esta actividad, además de que hay restaurantes pequeños a la orilla.

 

 

En los alrededores hay eucaliptos, pirules, garambullos, álamos, rosales, margaritas, jacarandas, alcatraces, nogales, nopales, magueyes, órganos y musgos. Se pueden ver patos, peces, ardillas, víboras de muchos tipos, ranas, sapos, ajolotes, miles de pájaros.

Al atardecer llegan miles de pájaros que vienen desde lejos para protegerse ahí durante la noche, ofreciendo un espectáculo maravilloso. Hay una zona residencial con mucha historia colonial y para llegar a la Presa de la Olla se pasan por casas de descanso de familias adineradas de la época. Muchas edificaciones forman parte del patrimonio del Gobierno del Estado y oficinas de los gobiernos Federal, Estatal y Municipal.

 

 

Presa de la Olla Guanajuato

Dónde: Barrio de la Presa, Guanajuato, Gto.

Cuando: se recomienda en junio durante las fiestas

Entrada libre

Foto destacada Agua org