La Güera Rodríguez ha sido poco estudiada y homenajeada por la historia mexicana.
. . .
Feminista de la vieja escuela, mujer poco conocida que debería tener un lugar más relevante en la historia cultura de nuestro país, María Ignacia Javiera Rafaela Agustina Feliciana Rodríguez de Velasco y Osorio Barba Jiménez Bello De Pereyra Hernández de Córdoba Salas Solano Garfias, mejor conocida como la Güera Rodríguez ya que firmaba en la documentación secreta de sus actos en verdad revolucionarios.
La Güera Rodríguez fue una dama de alcurnia que se codeaba con marqueses, condes y virreyes; además de participar y ser cómplice de reconocidas luchadoras insurgentes como Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario.
Pero poco se sabe de dónde estudió la Güera, aunque se cree que pudo haber estudiado con doña Josefa, que es probable que se vieran en Querétaro, cuando destierran a La Güera tras descubrirle una conspiración; pero pocas cosas de su vida son comprobables.
Con Leona Vicario sí tuvo contacto durante la Independencia en el grupo de Los Guadalupes, ya que interceptaron una carta que La Güera le enviaba a los insurgentes, a través de Vicario, por la que por poco cae en prisión.
Nació en 1778 en la Ciudad de México y murió en 185; fue una figura criolla en el sociedad de la Ciudad de México, ya un defensora de la independencia mexicana de España. Algunas la ponen como una mujer más destacada y participativa en el levantamiento de Independencia, participando desde 1811 y alejándose del movimiento en 1818. Esta cortesana enfrentó en dos ocasiones a la Inquisición y salió ilesa siendo precursoras del feminismo en México.
Tuvo cinco hijos, arriesgó su fortuna, su nombre y su vida en pro del sueño libertario y de reivindicar a las mujeres y sus derechos, en una época donde las mujeres eran consideradas menos que menores y el marido o el padre era el dueño y podían corregirlas a golpes
Su carrera política comenzó como conspiradora y espía en 1809 contra el gobierno de facto; en 1810 estuvo en Dolores con Hidalgo y Allende, fungiendo como guía y benefactora para ayudar a los ejércitos insurgentes apoyando la consumación de la Independencia impulsando a Iturbide y organizando tertulias.
La Güera se hizo conocida en la nueva sociedad española por su belleza e ingenio rápido. Guillermo Prieto, cronista de la época, dijo de ella: “La Güera no solo se notaba por su belleza, sino también por su ingenio y su lugar en la alta sociedad”.
Algunas fuentes afirman que tuvo una relación con Simón Bolívar a la edad de 16 años cuando la conoció de camino a España cuando su barco San Ildefonso hizo escala en México. Pero es probable que haya sido una leyenda.
Apoyó la causa de los rebeldes mexicanos con dinero y a través de sus relaciones. Incluso fue acusada de herejía por defender la independencia y por haber mantenido un acuerdo con el sacerdote católico Miguel Hidalgo y Costilla y fue llevada ante el tribunal de la Inquisición española el 22 de marzo de 1811, al mismo tiempo que Juan Sáenz de Mañozca fue acusado de delitos sexuales.
Los cargos finalmente fueron retirados por falta de pruebas y luego de que María Ignacia sacara a la luz la falta de moralidad del inquisidor, un supuesto homosexual.
Mantuvo una relación sentimental con Agustín de Iturbide y sus relaciones le permitieron acceder a documentos confidenciales de la época, como la carta enviada por Fernando VII al virrey Juan José Ruiz de Apodaca y Eliza en 1820, conteniendo los principios del futuro Plan de Iguala , proponiendo el surgimiento de un líder militar popular para negociar con los rebeldes.
La participación de María Ignacia Rodríguez en la consumación de la Independencia de México ha sido un tema muy controvertido. Sobre todo la relación entre Agustín y “La Güera”, de quien se afirma que influyó en la visión política del primer emperador de México.
Finalmente, destaca el valor y el ingenio de La Güera para salir ilesa del tribunal de la Inquisición por segunda vez, siendo culpada por un retrato de medio cuerpo con los senos descubiertos, que ella se mandó a hacer como la moda en Europa. Según se dice, ella se defendió diciendo que “el cuerpo es creación y milagro divino y no tiene que ser escondido.”
Foto destacada Wikipedia