Foto destacada: Gusto x México
De norte a sur, del este al oeste, en todo México hay tamales, pero los veracruzanos son deliciosos.
. . . .
Se dice que son más de 500 tipos de tamalli y que el 2 de febrero es el día que más se consumen en todo el país, fecha que coincide con las celebraciones que auguran un buen ciclo agrícola.
Cada estado tiene los suyos compartiendo en común la base de maíz y el envuelto que puede ser de hojas de maíz, plátano, maguey o aguacate. Los veracruzanos tienen la característica de reunir los grandes sabores de la huasteca ¿los has probado todos?
Norte, zacahuil y chamitle
Empecemos por el tamal huasteco por excelencia, el zacahuil. Famoso por su gran tamaño que lo hace además un tamal de fiesta, para compartir y unir a las comunidades. A diferencia de otros tamales, el zacahuil se hace con maíz martajado, se rellena de puerco o pollo y se pinta con polvo de chile seco. Se sirve en plato hondo y se acompaña con café de olla.
La masa del chamitle es una delicia celestial que se prepara con granos de elote, leche, mantequilla, nata y azúcar. Originarios de la Huasteca hidalguense también se consumen en Veracruz, se hacen en versión dulce, que lleva pasas y canela; o en su versión salada que han innovado agregándole mayonesa, chile molido, ajonjolí y queso.
Centro, xoco y canario
Ideado por los totonacas, el xoco es un tamal de maíz blanco y negro (nativos de las montañas veracruzanas) que va envuelto en hoja de xoco. La masa gris se envuelve en forma triangular, cuando está listo, se acompaña con mole.
El xoco canario es una variante cuya masa lleva requesón con piloncillo o azúcar, harina de arroz, leche, yemas y polvo para horneares, va relleno de manjar. Es tan famoso como postre que cada año tiene su festival en Xico, Veracruz.
Sur, chanchamito y chipil
El más suculento de los gorditos ¡el chanchamito! El tamal hecho bola que al amarrase por los dos lados parece un dulce regalo de los dioses de la gastronomía maya. Aunque su relleno cambia por la región suele ser un tamal de mucho sabor y coloreado con achiote o recaudo rojo, su relleno tradicional es el cerdo.
El chipil o chipilín se prepara con masa de maiz revuelta con hoja de chipilín y se envuelve en hoja de plátano en forma cuadrada. Ya listo suele bañarse con salsa de jitomate y espolvoreado con queso fresco, si tienes suerte puedes encontrarlo en algún rinconcito de la CDMX.