La historia de la Capirotada: el “desperdicio cero” de un postre tradicional

Foto destacada: kiwilimon.com

La capirotada es una receta vieja que ha inspirado nuevas modas.

 

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El arte de cocinar también es el arte del aprovechamiento, muy de moda ahora como la cocina “cero desperdicios” que las madres y cocineros tienen aplicando desde el inicio de la historia y de donde resultan las recetas más inesperadas y apetitosas, como la capirotada.

El antecedente de su nombre proviene de la Inquisición, cuando a los acusados se les colocaba un gorro puntiagudo, el capirote, en el que se dibujaba su falta ¿cómo llegamos de esto a un delicioso postre tradicional mexicano? Nosotros te contamos.

 

 

¿Qué es la capirotada?

 

La capirotada es un postre en capas que se hace con pan blanco endurecido dorado en manteca de cerdo, tortillas viejas, pasas, acitrón y queso Cotija, bañado en una miel de piloncillo aromatizada con especias.

En sus primeros días no era precisamente un postre, era un platillo para dar energía, después se vinculó a la Semana Santa convirtiendo a la capirotada en un postre de pascua que ha sobrevivido más por tradición que por otra cosa.

 

 

Historia, orígenes y nombre de la capirotada

 

Se dice que el antecedente de la capirotada fue una receta romana en capas en la que se utilizaban trozos de pan con vinagre, pollo, queso, alcaparras y pepinos. Luego la receta se ajustó a los ingredientes ibéricos como los embutidos.

Esta forma de cocinar en capas aprovechando ingredientes locales y el “desperdicio del pan” llegó a la Nueva España donde, se dice, el fraile Gerónimo de San Pelayo creó la capirotada en 1780 y donde además se le dio su atributo religioso.

 

 

Recordemos que, durante la evangelización de los pueblos originarios, los sacerdotes se apoyaron de todas las herramientas necesarias para enseñar su doctrina, en este caso utilizaron la capirotada, un platillo que se daba a las personas más trabajadoras de las grandes haciendas.

La capirotada es un platillo de cuaresma porque narra el sacrificio de Cristo en la cruz, el pan representa el cuerpo de Cristo, la miel su sangre, la canela recuerda la madera de la cruz, los clavos de olor los que se utilizaron para crucificarlo y el queso la manta blanca con la que se le cubrió en su sepultura.

 

 

Su nombre se debe al capirote, un gorro puntiagudo utilizado por las cofradías religiosas que hacen procesiones durante Semana Santa, sobre todo en Sevilla, España, donde lo adoptaron como símbolo de penitencia.   

 

Receta de capirotada

 

Hay quienes afirman que la capirotada siempre tuvo fines religiosos, por eso se hace con sobrantes de la cocina como símbolo de humildad. Pero también se sigue afirmando que la capirotada no es más que la evolución de un platillo salado ibérico.

 

 

Parece que la primera adaptación y el posible paso del platillo del “pan duro” a su versión dulce, fue bañar las capas con una salsa de jitomate, especias y piloncillo. Aunque también se puede reconocer en la receta la influencia de las torrijas.

Actualmente se conocen más de 80 recetas de capirotada en México, entre las que destacan la clásica y la de leche. Te dejamos un par de recetas para que puedas replicarlas en casa y no perder la tradición de este postre que en el norte también lleva plátano.

 

Receta clásica de Capirotada

 

 

Receta de Capirotada en leche