Foto destacada: R. Pavel Rodríguez
La relación de Michoacán con el héroe Tariácuri sigue siendo intensa.
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El gran reinó como nadie pudo, resistió a la triple alianza aún con sus propios problemas internos de gobierno, ardides familiares que parecen de telenovela que no menguaron el poder del gran Tariácuri: el fundador del imperio Purépecha.
Los mexicas que alguna vez quisieron conquistar a los tarascos (así nombrados por los españoles), solicitaron su apoyo cuando ya no podían seguir resistiendo los esfuerzos por la conquista del gran imperio mexica ¿por qué? Porque los purépechas eran un pueblo bien unificado y fuerte gracias a su fundador.
Lo que se sabe de Tariácuri proviene de la Relación de Michoacán, el documento de donde se ha podido obtener más información del reino tarasco del siglo XVI. La segunda parte del texto, escrita por Jerónimo Alcalá (1508-1545) relata y hasta ilustra algunos detalles del gran héroe Tariácuri.
¿Quién fue Tariácuri?
Tariácuri, el Sacerdote del Viento, nació en algún punto de la primera mitad del siglo, su madre fue la hija del pescador Xuriparaxan, de Janitzio y su padre fue Pauácume un axamiecha, sacerdotes que cumplían la labor del sacrificio.
El futuro gobernante quedó huérfano muy chico, razón por la que quedó al cuidado y crianza de los sacerdotes Chupítani, Nuriuan y Tacaqua, quienes lo criaron como curití, sacerdote al servicio de la deidad del fuego, Curicaueri.
Por ser hijo de reyes también fue educado en las artes del gobierno y la guerra, incluso pensaba vengar la muerte de su padre, siendo así durante su vida libró batallas que perdió haciéndolo huir a los bosques para luego regresar triunfante a reconquistar Pátzcuaro de donde sería señor.
Tariácuri se casó al menos en dos ocasiones, la primera vez con la hija de Chanshori y con quien tuvo a Turátame, su primogénito, a quien desconoció después de que, siguiendo las ordenes de su madre intentara matarlo.
De su segundo matrimonio nacieron Hiquíngare y Tamapucheca. De sus hijos solo protegió a Hiquíngare, a los otros dos los mandó matar, los ejecutores fueron sus sobrinos Hirípan y Tangaxoán I a quienes educó como a sus hijos, para ser gobernantes.
A Tariácuri también se le conoció como “decorador” por hacer arreglos a varios templos, pero definitivamente su fama se debe al fuerte movimiento que lideró en la zona para unificar a las poblaciones aledañas que entre muchas diferencias reconocieron a Tariácuri como su único gobernante.
Con su pericia militar y el apoyo de sus sobrinos y su hijo, conquistó una vasta extensión hasta la zona lacustre, estableciendo en Pátzcuaro su centro teocrático militar desde donde gobernó con equidad y fomentó las artes y las ciencias.
Mientras hacía consolidaba su imperio, Tariácuri resistió también los intentos de los mexicas para conquistar su reino, pero nunca lo logaron, el purépecha tenía una gran visión que le permitió eliminar las tensiones internas entre poblaciones y prepararlos para el futuro.
Fue por esa razón que Tariácuri hizo una división administrativa del reino purépecha, colocando al frente de cada región a los que había preparado todas sus vidas, sus sobrinos y su hijo. Al frente de Tzintzuntzan, Tangaxoán I; de Pátzcuaro, Hirípan; y de Ihuatzio, Hiquíngare.
Al morir, Tariácuri fue enterrado en Pátzcuaro, cuando empezaban las conquistas españolas, pero antes vio como Tangaxoán I derrotó al Axayácatl, emperador mexica, terminando con las incursiones de aquel imperio sobre los purépechas.