Turismo chamánico en México y el consumo de hongos alucinógenos

Foto destacada: Quo.es

El consumo recreativo de los hongos los ha llevado al punto de la extinción.

 

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El norte de Oaxaca está habitado por pueblos mazatecos, un pueblo originario que no solo ha vivido ahí desde tiempos inmemorables, ellos también han cuidado la tierra, los montes y ríos que dan vida a toda la región.

Esta preciosa zona del país fue un importante punto turístico hace ya algunos años, cuando María Sabina y los hongos alucinógenos atraían a más de un extranjero, celebridades y una gran ola de hipppies nacionales. Fue el tiempo en el que nació el turismo chamánico.

 

 

Turismo de los hongos alucinógenos

 

Alrededor de 1965 empezaron a llegar a Huautla, Oaxaca, pequeños grupos de norteamericanos espeleólogos que querían adentrarse a las cuevas mazatecas para estudiarlas, pasarían muchos años antes de lo pobladores se dieran cuenta ¿por qué?

Por esos mismos años, grandes oleadas de hippies de todos lados visitaban la zona para conocer las ceremonias con hongos sagrados, ndi xijtho, los “pequeños que brotan” que para ese tiempo ya habían sido estudiados y divulgados como vía a las alucinaciones al estilo rockero del LSD.

 

 

Los mazatecos no sabían que la transnacional Compass Pathways, buscaba patentar la psylocibina sintética, un fármaco para tratar la depresión, tampoco sabían que mientras se adaptaban a la visita de los turistas, las entrañas de su pueblo eran estudiadas sin permiso.

Pareciera casi ingenuo pero la fama de María sabina y los Hongos hicieron de Huautla y sus alrededores un escenario para los curiosos que, en grandes expediciones juveniles, permitían a espeleólogos traspasar zonas sagradas sin ser vistos.

 

 

El multitudinario arribo de turistas se desató cuando los investigadores como, Gordon Wasson, Gutierre Tibón, Fernando Benítez y Salvador Roquet, publicaron sus estudios en la revista LIFE sobre los conocimientos de María Sabina Magdalena García, curandera, chjota chjine.

La presencia de la psicodelia en la Sierra Mazateca fue tal que el mismo ejercito tuvo que cerrar las carreteras para aislar a la población. Los habitantes de Huautla de Jiménez decidieron cerrar sus puertas al turismo hasta que el furor pasara, y así fue.

 

 

¿Por qué se consumen realmente hongos alucinógenos?

 

Los ritos sagrados celebrados por sus chamanes continúan con vida y hoy podemos saber de qué se tratan realmente los ritos que involucran a Psilocybe caerulescens o “Derrumbe”, Stropharia cubensis, “San Isidro”, y los P. Mexicana Heim, “pajaritos”.

El sistema chamánico mazateco, está liderado por chamanes, chjota chjine, a quienes también se les llama curanderos, nombre que en cierta medida explica lo que hacen pero que también les queda corto, pues el significado real de chjota chjine es gente de conocimiento.

 

 

En efecto, los chamanes curan, pero lo hacen a partir de una visión del mundo muy distinta a la conocemos. Para los mazatecos el mundo está dominado por fuerzas duales, ubicadas en una geografía específica y sagrada, puntos donde se vincula el hombre y la naturaleza.

Para los chjota chjine el cuerpo, yao na, está enlazado al espíritu, , este vinculo explica porqué el uno tiene efectos en el otro y viceversa, es decir, si uno se enferma, el otro seguro también lo hará, y entonces para curarlos hay que consumir hongos, a los “pequeños que brotan”.

 

 

El chjota chjine se sirve de los hongos para lograr un viaje extático al punto de encuentro de ambas realidades, un espacio donde tiene la facultad de interactuar con los seres sobrenaturales que provocan la enfermedad.

Estos viajes les permiten salvar vidas y adquirir conocimientos, así como dominar el “vuelo mágico”, el cual está presente durante los sueños. Todavía hoy se sigue practicando el chamanismo y también grandes grupos estadounidenses siguen financiando, sin permiso, el estudio de las cavernas mazatecas.