Durango, la tierra que ha hecho del alacrán su tótem

Foto destacada: Siglo de Torreón

Los alacranes de Durango son animales con mala fama pero espectaculares.

 

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Los alacranes se han convertido en un símbolo de Durango, pero resulta que en el norte del país no hay tantos alacranes como en el bajío, de hecho, el foco principal de alacranes está en Guerrero y Nayarit.

De hecho, es Guerrero o Morelos hay tantos alacranes peligrosos o más que en Durango; como sea, Durango es casi un sinónimo de alacranes.

 

 

Más bien que, también se dice, que en Durango ya casi nadie les teme, porque ver alacranes es tan cotidiano que incluso se hacen y venden llaveros, ceniceros, relojes, monederos y hasta en caballitos de tequila.

Los alacranes son, además, para muchos durangueses, una muy extraña atracción turística, que podría hacer desaparecer a estos animales y con ello todo un ecosistema.

 

 

El alacrán de Durango se caracteriza por presentar un parche negro en la zona anterior dorsal del carapacho. Las especies de talla media alcanzan 7 centímetros con todo y cola con un precioso color ocre.

Esta especie es endémica de México y se distribuye en los estados de Sinaloa, Durango y Nayarit. Es de ambiente terrestre y se les puede encontrar debajo de piedras, troncos o cualquier objeto que lo pueda resguardar.

 

 

No se encuentra dentro de ninguna categoría de riesgo en las normas nacionales o internacionales y esperamos que esto siga así durante muchos años.

Esta especie se encuentra dentro de los organismos considerados de importancia médica en México. Su picadura puede llegar a representar un riesgo grave a la salud y requiere atención médica.

 

 

En Durango hay siete especies diferentes de alacrán, entre ellos se encuentra uno de los más peligrosos, el Centuroides Sufusus,  pues durante los primeros años de la ciudad de Durango era la primera causa de muerte entre los habitantes, especialmente en los niños.

Tan peligrosa era la situación que el gobierno pagaba de tres a cinco centavos (de aquellos) por cada alacrán capturado, de ahí surgió un oficio local el de los “Alacraneros”.

 

 

Los alacraneros solían andar por la periferia de la ciudad con una vara larga y una botella grande en la mano, las cuales servía para juntar a estos peligrosos arácnidos.

Cuando encontraban un alacrán en el piso le echaban un puño de tierra o arena, la soplaban hasta que aparecía de la arena la cola del arácnido, lo cogían con sus manos y lo depositaban dentro de una botella.

 

 

Tan marcada es la imagen del alacrán en la sociedad duranguense, que en la religión católica el patrón de la ciudad es San Jorge, este santo fue traído a Durango como una solicitud desesperada de la población debido a las muertes causadas por este animal.

Por estas razones y por su sabor, también, es que los alacranes son un símbolo de identidad para la ciudad y del estado. En el mercado los alacranes se pueden ver en peceras por decenas para terminar en todo tipo de artículos.

 

 

Durango: la tierra del alacrán

Dónde: Durango, Durango, México.

Cuando: es posible encontrar alacranes en la temporada de calor de junio-septiembre.

Cuánto: según el artículo