7 datos que no conocías de la mágica obsidiana prehispánica

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El color más común de la obsidiana es el negro profundo.

 

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Obsidiana, un cristal místico en cuya opacidad traslúcida los dioses y los sacerdotes podían comunicarse, la materia oscura de los mexicas que sirvió a los guerreros como arma y a los tlatoanis de collares, orejeras y cetros.

Los macuahuitls, espadas de madera con hoja de obsidiana, rapadores para el cultivo del maguey y cuchillos para el sacrificio, eran elaborados con el precioso cristal negro mesoamericano ¿qué tanto sabes de él?

 

 

 

¿Cuándo se empezó a utilizar la obsidiana?

 

La obsidiana se conoce en México desde hace al menos 10 000 años a.C. Se sabe que ha estado presente desde las primeras poblaciones prehispánicas como Cuicuilco, población ubicada entre los años 1400 a.C. y 300 d.C. Pero fue durante los años 100 a.C. y 700 d.C. en Teotihuacán cuando más se le explotó.

Durante el periodo de la conquista, la obsidiana se siguió utilizando para la elaboración de objetos punzocortantes, pero también para la joyería, incluso en algunos procesos penales llevados por la Santa Inquisición en el siglo XVI.

 

 

 

¿De qué color es la obsidiana? ¿Es roca o cristal?

 

Hay muchas cosas que suponemos de la obsidiana, como que es una roca negra, pero la obsidiana es un vidrio que se forma del acelerado enfriamiento de la lava que contiene aluminio y sílice; de ahí que no sea tan desatinado decir que es una roca ígnea. Sí, su color más común es el negro profundo o un negro grisáceo, pero si la lava también tiene óxido férrico la obsidiana resulta con tonos rojos, marrones, ocre, verde y hasta morado.

 

 

 

¿Qué tan filosa es la obsidiana?

 

Sabemos que la obsidiana se utilizaba para hacer puntas de flecha y cuchillos para la guerra, y no sólo era por el significado místico relacionado con Tezcatlipoca ¡es que en verdad era muy filosa!

Bernal Díaz del Castillo narra en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España que los ibéricos temían mucho a los flecheros porque las puntas podían atravesar las armaduras, aún más porque para cuando se dieron los confrontamientos, sabían que en los sacrificios se usaban los cuchillos de obsidiana que con facilidad atravesaban el hueso para sacar el corazón.

 

 

 

El gran momento de la obsidiana en Europa

 

Después de la conquista de México y otros países que conforman Mesoamérica, la obsidiana viajó hasta el viejo mundo como un objeto exótico. Aun cuando ya se conocía la obsidiana del Mediterráneo, el hecho de ser manejada por las culturas americanas la hacía más atractiva, razón por la que, sin dudarlo, la Corona española respaldo cuanta expedición científica y antropológicas surgiera. Los geólogos disfrutaron de muchos años de exploraciones siendo el siglo XIX cuando más se financiaron.

 

 

Las deidades de la obsidiana

 

Además de Tezcatlipoca, el espejo humeante, existieron otras deidades mexicas relacionadas con la obsidiana. Tzpapálotl, mariposa con garras, era un murciélago guerrero paciente y sabio. Itztlacoliuhqui o Itztlacoliuhqui, cuchillo torcido de obsidiana, deidad de los desastres. Las tres deidades representaban respectivamente el nacimiento, la vida y la muerte; eran la trinidad de la obsidiana.

 

 

La obsidiana se obtiene de yacimientos volcánicos, el más famoso de ellos se encuentra en Hidalgo, fue nombrado Sierra de las Navajas por Alexander Von Humboldt; es parte de la Sierra de Pachuca y corresponde a los ejidos El Nopalillo y Alfajayucan principalmente. Se ubica a 18 km al oeste de Mineral del Monte.

 

 

 

¿Cómo trabajaban la obsidiana los pueblos prehispánicos?

 

Actualmente trabajar la obsidiana no implica grandes esfuerzos, incluso se pueden hacer cuentas para collares, pero para los pueblos prehispánicos era toda una labor en la que se utilizaban instrumentos y materiales desconocidos. Las técnicas prehispánicas utilizadas eran la talla, el pulido y la percusión indirecta, para las cuales eran usados percutores, cinceles y punzones, de areniscas, basalto, astas, maderas duras y posiblemente cobre.