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El bolillo tiene una sabiduría tan trágica que ya debería ser el objeto de estudio de varias tesis académicas.
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Los más obtusos, o mejor dicho, los que desean hablar del bolillo a partir del cliché, fastidioso por cierto, dicen que el bolillo es la “versión mexicana de la receta del baguette francés”.
Podrán demostrarlo científica e históricamente, incluso pueden presentar pruebas empíricas. Pero la forma en que –los chilangos sobre todo- nos hemos apropiado de ese objeto gastronómico, es decir, la construcción, la representación simbólica y cultural de todo lo que representa el bolillo para un sector amplio del país, debería merecer varias tesis académicas.
Quizá estoy bromeando demasiado; quizá no. Pero de lo que estoy seguro, es que esta lista es solo una prueba de lo más usual que las personas meten dentro de esa corteza crujiente. Lo que “las personas” esa otra masa suculenta para la exploración sociopolítica, mete reamente en un bolillo, sigue siendo un misterio….
Como sea, aquí lo más usual que los chilangos ponen en un bolillo.
Guajolota
Un tamal en un bolillo es una cosa suprema. Rápido, fácil, económico, ecológico, para llevar comiendo, práctico y delicioso. No exista ningún platillo callejero con más practicidad que la suculenta guajolota. Ni los tacos son tan eficaces.
Tacos de suadero
Esta creación gastronómica no tiene fecha de creación, ni creador. Pero llevar un bolillo para que el taquero ponga suadero o bien tacos, nos ha conquistado. Es lo más usual, pero no tiene falla.
Pasta
Los abuelos experimentaron con la pasta en un bolillo, porque todo tipo de pasta cabe ahí y sabrá bien. El sabor del bolillo se adapta a toda la sopa de pasta, es más, la realza y hace un platillo sencillo, único y fácil de preparar. Si le añades crema ácida queso, tienes a la vieja confiable.
Bananas
Bananas con cualquier cosa que le dé un toque dulce. No describiré qué cosa dulce le puedes agregar… Es un almuerzo eficaz, infantil y directo. Es la habilidad del estudiante y de todo Godín que está al final de la quincena y lleva prisa.
Helado
Confieso que nunca he probado bolillo con helado. Me parece ineficaz. Pero sé que a las personas les resulta curiosa la combinación, así que lo respeto. Hazlo. Es una parte que mi hedonismo chilango no se ha permitido.
Enchiladas
La torta de enchiladas era un salto necesario. Porque nuestro ritmo de vida no nos permite sostener un tenedor en una mano y un bolillo en la otra. Hay que sentarse y eso quita tiempo. Se dice que esto se “inventó” en la cafetería de la Prepa 5. Seguro es una mentira, igual que ocurre con la torta de gordita o la torta de pan de muerto. Seguro los estudiantes tienen más formas de meter alimentos en el bolillo.