¿Cómo se prepara un sitio arqueológico para ser estudiado?

Foto destacada: Corazón Oaxaqueño

Estudiar y preservar un sitio arqueológico requiere de mucha disciplina y cuidados.

 

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En general, los sitios arqueológicos se descubren de diversas formas, incluso por el azar además de la consulta de mapas, escrituras, censos, impuestos y otros registros. Los sitios históricos también se pueden ubicar a través de estudios de campo o los propietarios de viviendas descubren artefactos, cimientos de edificios, pozos abandonados o letrinas en sótanos y patios traseros.

La arqueología es la disciplina que a estudiar vestigios, restos humanos, monumentos, pinturas, pirámides, monolitos, objetos, maderas o cerámicas entre muchas otras cosas y actividades.

 

 

Para estudiar los sitios arqueológicos es necesario un grupo de trabajo especializado que incluye antropólogos, arqueólogos, arquitectos, lingüistas, etnólogos, físicos, químicos, astrónomos y mucha burocracia. Porque estudiar un sitio arqueológico es muy complicado y nunca se sabe lo que se encontrará.

Una técnica que se usó en distintas zonas arqueológicas de México fue la de la cal, donde el sustrato es calizo. Una técnica más es la que utiliza estacas que se meten en el fango y que fue usada en los edificios del centro de México construidos en zonas pantanosas.

 

 

Mientras los arquitectos se concentran en las características de las construcciones, otros estudiosos de las sociedades antiguas analizan el paleoambiente: el análisis de material botánico recuperado en las excavaciones arqueológicas y al de las plantas consideradas como elementos del entorno natural, del paisaje humano, de la subsistencia, de la salud humana y del mundo simbólico desde la época prehistórica hasta la actualidad.

Pero más allá de eso, en México existen leyes que protegen los sitios arqueológicos para que la información pueda recuperarse antes de que sea destruida por el desarrollo. Hay que realizar expedientes de planificación y las aplicaciones de estudio que podrían perturbar lo menos posible los sitios.

 

 

Muchos trámites para los arqueólogos

 

Así que se utiliza toda una red de especialistas para tener mejor precisión del proceso de revisión arqueológica.  Además hay que recopilar información escrita de lugares y períodos de tiempo para construir la historia, pero es importante para los arqueólogos e historiadores distinguir entre hechos, opiniones y leyendas.

Hay que comenzar a armar mapas de cada sitio antes de la excavación; para mostrar qué partes son más relevantes que otras. Se establece una cuadrícula sobre el sitio se toman medidas utilizando equipos de topografía y se van midiendo distancias, ángulos, alturas y profundidades

 

 

Cada capa de suelo y artefactos se excava por separado, se mide y se registra en un formulario especial. Los artefactos se recolectan, se colocan en una bolsa marcada con las coordenadas de la cuadrícula y el número de capa y cada “procedencia” se le asigna un número de registro único, para ayudar a realizar un seguimiento de los artefactos.

La excavación es solo una pequeña parte del trabajo de un arqueólogo. El trabajo de limpieza, análisis e interpretación es otra historia; se estima que por cada hora de excavación se necesitan al menos veinte horas de laboratorio y otros trabajos para completar un análisis y un informe.

 

 

Aunque el descubrimiento de artefactos es emocionante, es importante recordar que el arqueólogo no solo busca objetos individuales. Los artefactos interesantes se muestran con frecuencia en exposiciones, una vez que los miles de artefactos recuperados de cada sitio son lavados, clasificados y marcados por voluntarios.

Luego viene la conservación arqueológica, estabilizar los artefactos, y esto puede involucrar tratamientos químicos, limpieza mecánica o simplemente almacenamiento en el ambiente adecuado.

 

 

Más tarde, mucho más tarde, comienza la clasificación, una vez que están secos los artefactos y se catalogan en sus categorías como cerámica, vidrio, material estructural, varios (botones, tuberías, juguetes), artefactos orgánicos (tela y cuero), hueso. , cáscara y semillas.

 

Finalmente, los informes de sitios se mandan a artículos de revistas, capítulos de libros, tesis y artículos sobre arqueología. Varios de los informes y publicaciones se pueden leer en línea, y algunos otros, la mayoría son de tipo académico.