Foto destacada: Mictlan: An Ancient Mythical Tale
Ixpuxtequi tuvo diversos simbolismos que en su mayoría infundían miedo.
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El inframundo náhuatl era un lugar muy grande que los muertos habían de atravesar hasta llegar al Mictlán, el lugar del descanso donde después de un viaje de 4 años, el difunto era recibido por Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, pero ellos no eran las únicas deidades habitando aquel oscuro lugar.
En la mitología náhuatl existen todo tipo de criaturas que no son necesariamente deidades antropomórficas, hay monstruosidades como Ixpuxtequi, deidad de la fortuna, el destino y la suerte, esposo de Nexoxcho, la deidad del miedo y el terror.
Ixpuxtequi a veces suele ser representado con un ligero rasgo humano en lo que respecta a su parte superior, peo en general se representa como una bestia muy grande, famélica, sin mandíbula inferior, sus piernas son las de un ave.
También se encuentran representaciones en las que Ixpuxtequi lleva un bastón y una túnica, como sea que fuera la representación de esta deidad del inframundo, lo más relevante es que era particularmente temido.
Ixpuxtequi tenía la capacidad de dar mala fortuna a todos los mortales, pero sobre todo a los viajeros nocturnos que incautos se atrevían a cruzar los bosques y cerca de las cuevas, las puertas al Mictlán, se creía que la bestia vagaba libremente por las noches.
El nombre Ixpuxtequi significa “cara rota” y es también conocido como una de las cuatro deidades de la muerte que, en el contexto náhuatl, cumplen una función específica en su relación con las personas, así que por terrible que pudiera parecer, su figura era necesaria en el imaginario social.
Llama la atención y a la vez tiene todo el sentido que el dios de la suerte y el destino estuviera casado con la deidad del miedo y el terror, y es que ¿no nos da un poco de miedo el porvenir? ¿no resulta aterrador el abismo de lo incierto?
Pero el temor a Ixpuxtequi no es solamente existencia, también resulta una advertencia un tanto cuanto razonable. Viajar de noche en aquellos días podría ser muy peligroso por la presencia de animales nocturnos y peligros tan obvios como los accidentes ante la visión limitada de la noche.
Las historias pudieron haber sido muchas, alguien que se rompió un pie tropezando con una roca, algún fallecido por el ataque de un ocelote, experiencias que no se consideraban accidentes si no mala suerte, el hechizo maligno de Ixpuxtequi.
Con la colonización Ixpuxtequi comenzó a ser relacionado con los demonios, y por ende con figuras más humanizadas así que no es extraño encontrar máscaras con las que se le representa rojo, de grandes orejas, ceño fruncido y todavía sin la mandíbula inferior.
Años más tardes en algunas poblaciones se le comenzó a confundir con el ícono de la nota amarilla de los años 90, el chupacabras, pero no olvidemos que Ixpuxtequi es una deidad que puede poncharte una llanta y amargarte el viaje así que mejor no viajes de noche.