La historia de la Casa Imperial de Iturbide y la familia real de México

Foto destacada: Mad Monarchist

La familia Iturbide, realeza que tiene una curiosa relación histórica con México.

 

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La familia Götzen-Iturbide Franceschi, es la “familia real” de México, así que sí, España y Reino Unido son los únicos países con una “familia real”. La diferencia, es que quizá por fortuna, esta familia imperial vive de una manera muy alejada de la realeza.

No únicamente España o el Reino Unido cuentan con una “familia real”. México también tiene la suya. Sólo que, en este caso, la “familia imperial” vive en el exilio. Además, no es considerada como tal en nuestro país, ante la inexistencia del “trono de México”, pero en Europa son tratados por la nobleza del Viejo Continente como “los legítimos herederos de la dinastía mexicana De Iturbide”.

Además, ante la inexistencia del “trono de México”, pues el título parece de chocolate en nuestro país; aunque en Europa sí son tratados y considerados como “los legítimos herederos de la dinastía mexicana De Iturbide”.

 

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Al menos tres acontecimientos trágicos han marcado a la dinastía Iturbide. El fusilamiento de Agustín I en Padilla, Tamaulipas, tras su exilio y posterior retorno a México; la ejecución del emperador Maximiliano de Habsburgo, así como la muerte de María Josepha Sophia de Iturbide y Mikos de Tarrodhaza, abuela del actual “príncipe imperial”, en un campo de concentración comunista.

En marzo de 1823, Agustín de Iturbide abdicó al Trono de México y se exilió en Italia. En México fue declarado traidor y fuera de la ley por el Congreso. Se dictaminó que si volvía al país se le debía fusilar inmediatamente, decreto que exhibía el temor de que el antiguo emperador retornara del exilio.

Ignorando el decreto proclamado en su contra, Iturbide se embarcó junto con su familia a México para prevenir al gobierno sobre los planes de España para reconquistar el país. Desembarcó en Soto la Marina el 15 de julio de 1824. Ahí fue arrestado por Felipe de la Garza, y el Congreso local por votación casi unánime —dos diputados se opusieron— condenó a muerte por fusilamiento a Iturbide.

Agustín de Iturbide fue fusilado en Padilla, Tamaulipas, el 19 de julio de 1824. “¡No soy un traidor, no!”, fueron las últimas palabras del primer emperador mexicano.

“Estados Unidos, a diferencia de Inglaterra y el resto de América, no celebraron la obra y el genio del Libertador de México: la vieron con temor y desafecto. Iturbide les recordaba a Napoleón en todos los sentidos, según se desprende de las conversaciones entre Thomas Jefferson y el presidente James Monroe, pues sabían que un hombre así, ya como primer jefe, regente o emperador sería no sólo un estorbo para los planes expansionistas que tenían sobre México y Cuba, también les parecía una amenaza a su integridad territorial y a su sistema de gobierno”, aseguró el historiador Enrique Sada sobre la caída del Primer Imperio Mexicano.

La nieta de Agustín de Iturbide, María Josepha, se convirtió en cabeza de la Casa Imperial de México en 1925, tras el fallecimiento de su tío, también de nombre Agustín.

De acuerdo con el ya fallecido historiador español Juan Balansó, quien siguió la historia de la monarquía mexicana, doña María era muy modesta, piadosa y nunca busco desempeñar papel político alguno. Se casó en dos ocasiones y tuvo dos hijas. Su primer matrimonio fue en Hungría, el 12 de marzo de 1908 con el Barón Johann Nepomuk Tunkl, capitán de caballería del ejército imperial austro-húngaro. De este matrimonio nacieron dos hijas, María Ana Tunkl Iturbide, que permaneció soltera, y María Gisela Tunkl Iturbide, quien se casó en primeras nupcias en 1940 con el conde Gustavo Adolfo von Götzen y, en segundas, con Ottavio Stefano della Porta en 1959. María Gisela fue madre del conde Maximiliano Götzen-Iturbide, actual heredero al Trono de México.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial fue internada en un campo de concentración rumano junto con su segundo esposo, Charles de Garriere, acusados de “monárquicos y enemigos del pueblo”. Su heredero, según su testamento y con el consentimiento de sus dos hijas, fue su único nieto: Maximilien von Götzen-Iturbide.

El “príncipe imperial” Maximiliano es el descendiente directo de Agustín de Iturbide, primer emperador mexicano y consumador de la Independencia del país. Maximilien von Götzen-Iturbide está casado con María Anna de Franceschi, quien desciende de una línea de nobles croatas y venecianos.

Tienen dos hijos nacidos en Australia: Fernando, quien sería el segundo en la línea de sucesión al “trono imperial”, y Emanuela, nacida en 1998. Perth, Australia es la ciudad que alberga a los Götzen-Iturbide Franceschi. Maximiliano es empresario, gusta de practicar deportes, como la equitación y el esquí, y participa en competencias de yates.

 

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Su hijo mayor, el príncipe Fernando Leopoldo, fue educado en el exclusivo y prestigioso instituto suizo Le Rosey y en la Universidad de Georgetown. En el Institut Le Rosey han pasado nobles europeos, como el rey Juan Carlos I de España; Rainiero III, príncipe de Mónaco, o el príncipe Guillermo, gran duque, heredero de Luxemburgo

En la actualidad no existen registros sobre declaraciones hechas por esta familia, relacionadas con México, ni tampoco buscan ningún reconocimiento ni puestos políticos. Maximiliano es el jefe de la Casa Imperial de México y es heredero al trono por parte de la tradición Iturbide como por la Habsburgo.

 

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Además, en México la monarquía no existe y por decreto constitucional no se conceden títulos de nobleza, ni prerrogativas y honores hereditarios, ni, por lo que en caso de que los Götzen-Iturbide en México no se les reconocerían sus títulos nobiliarios.

 

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Asimismo, se sabe que Agustín de Iturbide abdicó al Trono de México y después de su exilio fue declarado traidor y fuera de la ley por el Congreso. Se dictaminó que si volvía al país se le debía fusilar; cosa que sucedió en 1824.

Pero fuera de México, en 2011, Maximiliano Götzen-Iturbide fuera recibido en el Palacio Apostólico del Vaticano como el “legítimo heredero al trono de México” por Joseph Ratzinger, entonces papa Benedicto XVI.

 

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Si bien Maximilien Götzen Iturbide, heredero al Trono de México, no tiene pretensiones de buscar el poder en nuestro país, existen aquí diversos grupos que buscan “la restauración pacífica de la monarquía”.

En redes sociales se puede encontrar al grupo “Yo apoyo el regreso de la monarquía en México. Viva el III Imperio Mexicano” o también al “Partido Monárquico Mexicano”.

“Apoyamos el regreso de la Monarquía a México con don Maximiliano von Götzen-Iturbide, actual portador y protector de la Casa Imperial Mexicana, y príncipe imperial de México. En este sitio estamos en favor de la monarquía y de la Casa de Iturbide como única legítima Casa real que puede aspirar al trono de México”, afirman en un sitio de internet con más de cinco mil seguidores.

“Con el regreso de los emperadores se instauraría la monarquía constitucional… y México poseería la única monarquía del continente y tendría un sistema de gobierno muy parecido al de Reino Unido, España, Noruega, Suecia, Holanda, Bélgica, Mónaco, Luxemburgo o Liechtenstein

Se ha dicho que los archivos del emperador Iturbide y su familia se encuentran en en la Biblioteca del Congreso y en la Universidad Católica en Washington D.C., Estados Unidos, y que incluso las memorias de la esposa del Príncipe de Iturbide siguen siendo material inédito.