Foto destacada: @lenriqueramos
La Casa del Pastel es una herencia del art decó del porfiriato y la favorita de Pedro Infante.
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La arquitectura art decó que nos dejó el porfiriato no sólo llegó a la CDMX, también cambió el paisaje del puerto Progreso de Yucatán fundado en el año de 1856 y habilitado como puerto de altura en 1871 para comenzar un periodo de abundancia que atraería a cientos de empresarios deseosos de pasar el verano en la costa.
Hacia el cierre del siglo XIX Progreso se convirtió en un importante puerto henequenero que recibía la fibra para exportar a otros países, en ese tiempo Mérida y Progreso establecieron un fuerte lazo a través de la agroindustria henequenera que llevó a ambos sitios a una época de abundancia que atraería a hacendados, comerciantes comisionistas, transportistas y otros agentes vinculados al movimiento portuario y la exportación de henequén.
Todos estos grandes empresarios empezaron la construcción de una línea de grandes casas de verano en los últimos 20 años del siglo XIX, haciendo de un Progreso un destino vacacional que con los años atraería muchos turistas entre los más destacados Pedro Infante quien acostumbraba a quedarse en la famosa Casa del Pastel en sus visitas al puerto.
La Casa del Pastel
Durante las décadas de los años 40 y 50 sobre puerto Progreso y sus inmediaciones se instalaron los más exclusivos clubs sociales, también empezó a extenderse el área habitacional hacia el extremo oriente del Malecón donde fueron construidas nuevas casas de verano como la curiosa Casa el Pastel estilo Art Decó.
La Casa del Pastel tomó ese nombre porque eso parece, un pastel de bodas de tres niveles color blanco merengue. Pocos son los que conocen el interior de la casa en cuyo piso del recibidor se encuentra dibujada una brújula. Por fuera la casa es toda una delicia, entre tanto blanco pueden distinguirse las siluetas de gaviotas y palmeras.
Víctor Suárez Molina mandó a construir la Casa del Pastel en 1940 como una casa de verano para su familia. La vivienda se levantó justo en una esquina y frente al mar, no hay nada que estorbe la vista que se observa desde su mirador o lo que sería el tercer nivel del pastel. Sus líneas rectas y paralelas en conjunto con sus pilares hechos de discos y los círculos que dividen cada piso contrastan con el entorno que se mantuvo ajeno al art decó.
Es precisamente por su diseño original que la Casa del Pastel se convirtió en una foto obligada para los que visitan Progreso, a lo largo de la historia de esta casa sus dueños se han tenido que acostumbrar a los turistas que llegan a la barda exterior para llevarse el recuerdo del icónico inmueble.
Actualmente la casa sigue siendo de propiedad privada, no obstante, por el cariño que se le tiene el gobierno de Yucatán consideró a la Casa del Pastel dentro del proyecto de remodelación del puerto apoyando la restauración del inmueble que comenzó desde 2016, desafortunadamente la barda de peces no sobrevivirá, tendré que ser reconstruida en su totalidad, pero el resto de la casa quedará intacta.
Mitos de la Casa del Pastel
Como toda casa abandona ésta también resguarda ánimas en pena, dicen también que si te tomas una foto con tu pareja en la azotea de la casa (así como muñequitos del pastel) tu relación durará para siempre. En los últimos años han dicho que Pedro Infante nunca visitó esa casa porque no existe evidencia al respecto, pero esta es una verdad en el puerto así que cuidado con decir lo contrario.
Casa del Pastel
¿Dónde? Calle 19 con 60 (al inicio de la avenida del malecón) Progreso, Yucatán.
¿Cuándo? Todo el año
¿Cuánto? La casa es propiedad privada y se encuentra en renovación, no obstante, su belleza sigue intacta así que siente libre de tomarte la obligada selfi con la fachada como fondo.