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Chava Flores más que un “hacedor de canciones” es un gran cronista urbano.
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La CDMX es un personaje tan interesante que ha tenido que ser descrita y narrada por reconocidas personalidades como Salvador Novo y Carlos Monsiváis. Pero sólo Chava Flores logró hacer de la ciudad un retrato viviente que describía con un fascinante ritmo popular los acontecimientos alrededor de la muerte, la gastronomía, las condiciones sociales en la vida del barrio.
Hablar del “lado B” de la ciudad y del comportamiento humano no es tarea fácil. Describir los acontecimientos sociales tras bambalinas; es decir, todos aquellos alejados de los medios durante las décadas de los 50 y los 60, hizo de Chava Flores más que un “hacedor de canciones”, como él se auto describía, su habilidad lo colocó junto a los cronistas de nuestra CDMX, así fue su vida.
¿De dónde era Chava Flores?
Salvador Flores Rivera nació en la CDMX el 14 de enero de 1920 en uno de sus barrios más antiguos, la Merced, las banquetas de La Soledad vieron a la familia de 5 integrantes muy poco tiempo pues constantemente se mudaban de casa, gracias a lo cual el futuro compositor conocería buena parte de esta enorme urbe desde muy chico.
La Doctores, la Roma, Peralvillo, Tacubaya, San Rafael, El Carmen, Coyoacán, Tepito, Peralvillo, La Industrial, Santa María La Ribera y la Hipódromo Condesa anidaron a la familia Flores que luchaba por sobrevivir a la ausencia del padre fallecido cuando Salvador tenía 13 años, edad en la comenzó su vida laboral, una especie de búsqueda de profesión.
Su primer trabajo fue cargar bolsas de mandado, como muchos de mexicanos, Chava Flores hizo de todo para sobrevivir. Fue mensajero, repartidor, auxiliar de contador, comerciante, ferretero, tuvo una salchichería, entre muchos otros trabajos y negocios (que siempre fracasaban) que le ayudaron a sostener su casa y pagar sus estudios en contaduría.
Chava Flores, el compositor
Fue hasta que se asoció con un amigo para manejar una imprenta, que empezó a vivir su sueño, pues logró acercarse a los grandes compositores de su tiempo con el “pretexto” de editar la revista Álbum de Oro de la Canción, poco tiempo después Chava Flores tomó el mismo camino en el año de 1952 estrenándose con el pie derecho.
Un año después de empezar a escribir su canción La tertulia fue interpretada por Pedro Infante en la película Dos tipos de cuidado, en seguida aparecieron más éxitos como Boda de vecindad, Peso sobre peso conocida también como Bartola canción que interpretaba Luis Pérez Meza, la lista de los éxitos comenzó a crecer rápidamente.
El público recibió con mucho cariño las letras de Chava Flores por describir con ingenio y tanto humor las desdichas y las alegrías de todos los días, que además eran interpretadas por el mismo compositor con ese acentito particular de la CDMX en los más importantes centros nocturnos y teatros de aquella capital que aún abrazaba los ritmos del corrido y del bolero.
Compuso más de 200 temas que además de abordar el folclor urbano también trataban de los sinsabores del amor, pero esos no fueron dados a conocer; sin embargo, fueron tomados en cuenta como parte de toda la obra de Chava Flores, letras que le valieron muchos reconocimientos como la Medalla Agustín Lara que otorga la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) y un busto en la Plaza de los Compositores de la CDMX.
Iniciada la década de los 80 Chava Flores empezó a despedirse de los escenarios, el Teatro de la Ciudad y el Teatro Reforma fueron los últimos en escuchar las canciones de Chava Flores en la voz de otros artistas pues para ese entonces, el Cronista del Barrio no tenía más para cantar; y fue en septiembre de 1982 en el Teatro Ferrocarrilero que las ovaciones lo despidieron.
Chava Flores tomó muchas fotos de la ciudad, fue coleccionista de la obra de otros compositores nacionales y extranjeros, prefiriendo la música clásica, instrumental, temas de películas, zarzuela, tango y la música mexicana, y también escribió el libro Relatos de mi barrio.
Irónicamente, el primer éxito de Chava Flores no fue un relato urbano, sino Dos horas de balazos, una canción que describe una escena propia del norte del país. Incluso muchos otros de sus éxitos hablaban de la vida fuera de la CDMX como Vámonos al parque Céfira donde en un parque los muchachos y las muchachas daban vueltas para conocerse, mientras los “apás y las amás” miraban de lejos.
Miguel Aceves Mejía, Pedro Vargas, Lola Beltrán, Óscar Chávez, Tehua, fueron intérpretes de las letras del amigo de José Alfredo Jiménez, Chava Flores. Quien, como Cleto el fufuy, sus ojitos cerró un 5 de agosto de 1987 a los 67 años de edad. Desde entonces además de su familia y otros famosos artistas han luchado por preservar el legado musical de Chava Flores, el cronista del lado B de la CDMX.