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La Marcha de Zacatecas es una de las piezas musicales más simbólicas de nuestro país.
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Un recuerdo puede detonarse con un objeto, un sabor o un sonido familiar que nos transporta a un momento entrañable como aquellas tablas gimnasticas escolares o aquella formación que se hacía terminado el recreo cuando al ritmo de una banda de guerra avanzábamos al salón, la mayoría de las veces se trataba de la Marcha de Zacatecas, el segundo himno nacional.
Genaro Codina
Genaro Codina Fernández nació el 10 de septiembre de 1852 en la ciudad de Zacatecas, cuentan que desde muy pequeño mostró interés en la música aprendiendo casi por instinto a tocar varios instrumentos siendo el arpa la que mejor ejecutó; no obstante, Codina se dedicó a la pirotecnia en los primeros años de su juventud.
El joven Codina desarrollo la música junto con su trabajo en la Casa de Moneda, y aún más cuando se casó con Mariana González pues con el esposo de su cuñada compartía el gusto por las tertulias y la composición, en ese momento lo que era un pasatiempo lo llevó a componer una marcha para el entonces presidente, el general Porfirio Díaz, quien en agradecimiento lo nombró Contador de la Jefatura de Hacienda en Zacatecas en 1887.
Este pasó llevó a Genaro a introducirse en la política y en problemas que más de una vez lo llevaron a prisión donde, en compañía de su arpa, compuso muchas polcas, mazurcas, danzas y marchas, pero una de ellas le dio muchísima fama fue la Marcha de Zacatecas; razón por la que sus restos descansan en el Mausoleo de los Hombres Distinguidos Zacatecanos.
Ya desde antes de su fallecimiento el 22 de noviembre de 1901, Genaro Codina gozó de una buena fama pues su hermosa composición gustó en todo el país, la fama de la marcha fue internacional y duro mucho tiempo, ni él ni los envueltos en un concurso familiar al que debemos la Marcha de Zacatecas lo hubiera imaginado.
La historia de la Marcha de Zacatecas
Genaro Codina vivía en la calle de Ayuntamiento No. 16, en Zacatecas. En este sitio organizaba reuniones musicales gracias a que varios miembros de la familia que tocaban instrumentos o bien tenían alguna afinidad como el ilustre compositor zacatecano, Fernando Villalpando, quien estaba casado con la hermana de su esposa.
Fue en una de aquellas tertulias, en el año 1891, cuando la familia y algunos amigos presentes organizaron un concurso entre Fernando y Genaro, cada uno debía componer una pieza musical digna de representar a Zacatecas. Cuando los dos presentaron las partituras ganó la Marcha Aréchiga de Codina, quien la llamó así por estar dedicada al gobernador, el general Jesús Aréchiga.
Cuando la obra fue presentada al gobernador éste le cambió el nombre a Marcha de Zacatecas y pagó a Genaro Codina una suma de mil pesos (de aquellos días). Antes de presentar la pieza musical compuesta en arpa, Fernando Villalpando hizo la instrumentación y Salvador Sifuentes escribió la poco conocida letra de la marcha.
El amor a la patria, la libertad y la lucha por México son los temas de la letra de la Marcha de Zacatecas, presentada por primera vez en abril de 1893 en la Plaza de Armas de Zacatecas por la Banda del Estado y por la Banda del Hospicio de niños, dirigidos por Villalpando quienes al concluir recibieron un ensordecedor aplauso, desde entonces la marcha ha deleitado al mundo entero.
La Marcha de Zacatecas es el himno del estado, pero también se le considera el segundo Himno Nacional y el Himno Nacional de la Charrería Mexicana; y no es para menos, la obra decimonónica de Genaro Codina inspiró a más de un militar. Pancho Villa la adoptó como el himno de la División del Norte y el mismo Benito Mussolini la incluyó en el repertorio que se tocaba durante las fiestas italianas.
No solamente el dictador italiano gustaba de la Marcha de Zacatecas; en 1934 el emperador de Etiopía, Haile Selassie, solicitó a Lázaro Cárdenas, presidente en turno, la autorización para utilizar la marcha como Himno Nacional solicitud que fue negada pues desde que fue escrita por Genaro Codina pertenece al corazón de los mexicanos.