Todos hablan de la estatua de Colón y ¿Qué hay de los Indios Verdes?

Foto destacada: El Universal

Las estatuas de los Indios Verdes tienen una gran historia de recorrer la ciudad.

 

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Quitar la escultura de Cristobal Colón de paseo de la Reforma ha traído mucha controversia, al grado de que ya no será el arquitecto y artista Pedro Reyes quien el artífice de la escultura que llevaría por nombre “Tlali”; y ahora será el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en espacios públicos de la Ciudad de México, quién resolverá el caso de la glorieta de Colón.

Dicho comité, constituido por instituciones de la Ciudad, del gobierno de México, como el INAH, historiadores y ciudadanos, tomarán la debido a las protestas tanto de haber quitado a Cristobal Colón del pedestal, como de la nueva pieza que se colará en un futuro próximo. Pero este no ha sido el único caso que se ha tenido en la CDMX.

 

 

 

Tlatoanis convertidos en Indios Verdes

 

 

A fines del siglo XIX dos estatuas estaban en la entrada al “Paseo de la Reforma”: las de Itzcóatl y Ahuizotl, Tlatoanis mexicas. Pero estas estatuas duraron poco tiempo y la aristocracia porfiriana decidió que afeaban la avenida “parisina” así que en 1902 fueron trasladados a la Calzada de la Viga. A fines del siglo XIX los “Indios Verdes” estaban en el Paseo de la Reforma, en la intersección con las actuales avenidas Juárez y Bucareli.

En 1889 México participó con un original pabellón en la Exposición Universal en París, Francia, precisamente cuando se inauguró la Torre Eiffel. Se invitó al escultor y pintor Alejandro Casarín Salinas (1842-1907) para que elaborara dos esculturas de bronce de cerca de cuatro metros de altura y un peso aproximado de tres toneladas, las cuales representaban a Itzcóatl y a Ahuítzotl para formar parte de esa conmemoración.

 

 

Las estatuas nunca llegaron a Paris. A Itzcóatl se le reconoce como el hombre que consolidó la autonomía mexicana. En unión de Netzahualcoyotl, rey poeta de Texcoco y Totoquihuatzin, señor de Tlacopan, forjaron la Triple Alianza, que implicó la unión de fuerzas para acabar con el señorío de Azcapotzalco, que les imponía muy severas cargas tributarias y militares.

Itzcóatl fue un hombre joven y en la escultura porta un macuahuitl, espada de madera con cuchillos de obsidiana, siendo el cuarto tlatoani azteca. En aquellas fechas, en el periódico “El Monitor Republicano” se podía leer: “suprima los ridículos y antiestéticos muñecotes colocados a la entrada del Paseo de la Reforma. (Ya que) los turistas que visitan esta capital creen que esos adefesios son obra de los primitivos pobladores del Anáhuac y que nuestro ayuntamiento los conserva allí como reliquias arqueológicas. Así opinan los que nos juzgan favorablemente. En cuanto a los que sepan que son obras contemporáneas nos calificarán seguro de salvajes…”

 

 

En 1901, los “indios verdes” fueron trasladados al Paseo de la Viga, donde se colocaron en nuevos pedestales en “estilo maya”, hecho por el arquitecto Guillermo de Heredia. En el Paseo de la Viga en 1901, sitio en que permanecieron durante 38 años.

En 1939 se desmontaron las dos estatuas de sus bases y fueron trasladarlas a un taller para su rehabilitación y después a donde comenzaba la Av. Insurgentes Norte. Desde 1939, las estatuas se quedaron en este sitio hasta 1979. Una vez concluida la estación terminal del metro Indios Verdes, de la línea 3, inaugurada el 1o. de diciembre de 1979.

 

 

Desde 1979 las estatuas estuvieron un poco desoladas en los camellones laterales de Insurgentes Norte hasta que en 2005 fueron trasladadas como parte del Plan Maestro de rescate del Acueducto de Guadalupe, se remodeló el Parque del Mestizaje, en donde los tlatoanis mexicas encontraron su actual morada.

Las estatuas otra vez fueron restauradas y les devolvieron su apariencia original. El especialista que encabezó al equipo de restauradores, Ricardo Prado, descubrió que las estatuas eran verdes desde que fueron creadas.  Es decir que Casarín había encontrado la fórmula para dar el efecto de pátina verdosa, que se adquiere con el paso de los años, desde la mismo día en que fueron colocadas sus memorables estatuas.

 

 

 

 

El Parque del Mestizaje cuenta con diversos atractivos como son la fuente denominada de Los Danzantes y también existen otras esculturas como la de Don Quijote y Sancho Panza. En este sitio están las estatuas, símbolo del poderoso Imperio Azteca. Estas estatuas son un bien histórico que pocas veces tomamos en cuenta.