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Tlazolteotl es la gran diosa náhuatl que toma varios rostros.
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Tlazolteotl es una deidad polifacética y a lo largo de los siglos ha ido cambiando en cuanto a representación, consideración y funciones dentro de la cultura náhuatl. Tlazolteotl fue una de las deidades del centro de México, tradicionalmente identificada como la diosa de la inmundicia, de la basura y del pecado corporal.
El nombre de esta diosa en náhuatl se podría dividir en ixtli y cui, obteniendo los significados “haz o cara” y “tomar algo o tener parte hombre con mujer”. Por lo que Ixcuina sería “la que toma varios rostros”.
Pero esta diosa es el reflejo de la pluralidad y multiplicidad con la que se veían a los dioses, ya que el nombre mismo tiene muchas inclinaciones asociadas elementos femeninos como “señora de algodón” y también se relacionaba con una diosa a la que se ofrendaba cuando había mujeres muertas en el parto.
También se ha asociado con la germinación de las plantas y el desgranamiento del maíz, por lo que resulta tener un rol como fertilizadora y muchas otras connotaciones y compuestos híbridos con otros nombres y diosas del panteón azteca.
Las diversas investigaciones sobre Tlazolteotl
Para los investigadores contemporáneos, de los posibles nombres y sentidos que se le ha dado a la diosa Tlazolteotl, el que refleja mejor sus funciones como la tejedora y la partera. Ya que tiene connotaciones que reflejan las representaciones iconográficas en las que aparece Tlazolteotl.
Asimismo, porque la primera encarnación de Tlazolteotl es la de una joven mujer tejedora. Fue presentada como una mujer desnuda con el coralillo y los punzones rotos refleja la seducción al adulterio y el culto frustrado. En esta etapa de la vida desempeña una función puramente femenina y fertilizadora.
Asimismo fue una bruja terrorífica que hacía descender a la tierra un demonio que mataría a los hombres en caso de que el Fuego Nuevo no se encendiera, lo que se presentaba en forma de un coralillo entre las piernas de la diosa. Pero quizá esta función de la diosa fue como ejecutora de los malhechores y de aquellos que cometerían delitos.
Todas estas posibles interpretaciones y estudios surgidos, nos dan una idea de lo compleja que fue esta divinidad también asociada con Mayahuel, la diosa de maguey. Vale la pena recalcar los puntos comunes entre Tlazolteotl y el complejo de deidades de la luna y del pulque, entre los que se puede mencionar no sólo a Mayahuel, sino también a Pahtecatl o Ometochtli (dioses del pulque), Cinteotl (dios del maíz) y Tlaltecayoua (dios menor de embriaguez).
Las dioses del pulque destacan por sus características peculiares como pintura de color rojo en la frente y en el resto de la cara negro. Estas características se relacionan a la luna, la muerte, la fertilidad, la vegetación y por supuesto al maguey.
Para Fray Bernardino de Sahagún, Tlazolteotl era la diosa de las medicinas y hierbas, y que la adoraban los médicos, cirujanos, sangradores, parteras, adivinos, mujeres embarazadas y propietarios de los temazcales. La representaban con la cara pintada con hule, con las plumas en el tocado, en la mano izquierda una rodela con la chapa de oro y en la derecha una escoba.
La función de curandera de Tlazolteotl también se relacionaba con el temazcal. Pero, al mismo tiempo, se describen las enfermedades causadas por la diosa, entre las cuales mencionan Tlazolmiquiztli “Daño o muerte causada por amores”
Tlazolteotl es una de las diosas más complejas, ya que se presenta como hilandera y tejedora, la diosa de la vida y la fertilidad, la partera y la curandera; pero también como una diosa asociada a la muerte y la guerra. Por un lado seducía hacia al placer sexual, pero por otro lado curaba las enfermedades venéreas en los temascales.
Es por eso que con el tiempo fue adquiriendo papeles importantes en la agricultura, en la procreación, en la medicina y en la guerra.
Aunque Tlazolteotl es considerada como una diosa de la tierra y de la fertilidad, no hay que olvidar la dualidad en el panteón azteca, ya que también se relaciona con su contraparte lo masculino la muerte y la guerra. Es por eso, que en el pensamiento mesoamericano siempre se tiene que buscar el equilibrio entre las fuerzas opuestas para encontrar el justo camino y la gran tarea del hombre consistía en mantener la armonía entre estas fuerzas, porque en otro caso estaba condenado a la degradación.