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La espirulina ya era consumido por muchas culturas prehispánicas.
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En México tenemos ya muchos años consumiendo algas y no estamos hablando de las algas del sushi, ya que las culturas precolombinas ya las consumían, como los mayas, que alrededor del año 900 de nuestra era desarrollaron granjas de algas para utilizarlas en sopas y otros alimentos de consumo diario.
Y no sólo ellos, que estaban tan cerca del mar, los mexicas también consumieron algas, en su caso la conocida como espirulina, considerada un super alimento.
¿Qué es la espirulina?
La espirulina es una microalga mexicana de color verde azul con un alto contenido de proteína, hasta del 60%, aminoácidos esenciales, muchas vitaminas y minerales, especialmente hierro, manganeso y vitaminas B.
Se dice que la espirulina refuerza el sistema inmunológico y mejora la función renal y hepática, su contenido de ficocianina funciona como antioxidante y antiinflamatorio. Se considera súper alimento porque además de incrementar la masa muscular, disminuye el colesterol, los triglicéridos y la grasa alrededor del hígado.
Super alimentos
Conocidos popularmente como superfood, se clasifican como super alimentos aquellos 100% naturales de gran valor nutricional por ofrecer una gran aportación de antioxidantes, grasas saludables, vitaminas y fitoquímicos necesarios para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Se les ha considerado casi como alimentos “milagro” pero no es así, su relevancia radica únicamente en que, a diferencia de otros alimentos, su concentración de algunos nutrientes es más alta respecto a su tamaño o cantidad.
La quinoa, la miel de abeja, el cacao, el acai, la clorofila son algunos de los llamados super alimentos que desafortunadamente se llegan vender casi como medicamentos contra enfermedades, por supuesto no es verdad; hay como consultar a un médico o acercarnos a un nutricionista, acciones que no hacen menos interesante la presencia y el consumo de la espirulina en México.
Aquí te dejamos la inesperada historia de nuestro antiguo super alimento.
La espirulina mexica
Hoy podemos relacionar la espirulina como el ingrediente exótico de jabones naturales o como capsulas milagrosas de tienda naturista, en el México prehispánico fue el alimento que sustentó a la población durante temporadas de escasez, por ende, a ella se debe el crecimiento de los pueblos antiguos del valle central, se le conocía como tecuitlatl, excremento de roca.
Aunque entró en desuso, los españoles también disfrutaron de sus beneficios, el primer registro de la poderosa alga como alimento lo hizo Bernal Díaz del Castillo, quien relata era cosechada en las aguas del Lago de Texcoco (cuya salinidad las hace propicias para el cultivo del alga) donde se secaba para luego venderse en el mercado de la gran Tenochtitlán.
Francisco Javier Clavijero también mencionó la espirulina, escribió que los mexicas comían una sustancia parecida al barro fresco que sacaban de los lagos, ésta se dejaba secar y se comprimía resultando una especie de queso verde que consumían en combinación con otros alimentos. Ambos cronistas religiosos relataron que el sabor de la espirulina era como el del queso fresco y que se transformaba en una especie de pan que se vendía en los mercados.
La importancia de la espirulina en el México antiguo se relaciona con la prevalencia de la población porque tanto Cortés y el mismo Humboldt explicaron que sólo con la producción de espirulina y sus bondades se puede explicar que existiera una población de más de 60 mil familias, cantidad que supera a muchas ciudades europeas de ese tiempo.
Las chinampas fue la mejor de las estrategias para contar con más campo de cultivo para contar con el alimento suficiente para la población, que en esos días contaba en una canasta básica con maguey, nopal, chiles, maíz, frijoles, calabazas y amaranto, todavía hoy no sabemos de cierto qué tanto se consumía pescado y otras carnes, pues al parecer se traban de alimentos ceremoniales.
La espirulina o tecuitlatl ha sido la heroína oculta, fue el alimento con el que los mexicas aprovecharon las aguas de alta salinidad, otro cronista de la antigüedad, López de Gomara, describió que se tendían mallas muy finas sobre el agua, después de un tiempo se recogía una abundante cantidad de lo que parecía un cieno del cual se hacían tortitas que se acompañaban de chimoli.
Fray Toribio de Benavente, fray Bernardino de Sahagún, Francisco Hernández (naturalista enviado por el Consejo de Indias) también cuentan con registros del tecuitlatl, gracias a ellos sabemos que la espirulina se podía guardar hasta por un año, así como el queso, y que su sabor era del agrado de los españoles, razón por la que hasta hoy no se sabe por qué su uso y su cultivo desaparecieron del uso popular por tanto tiempo.
La espirulina en nuestros días
Aquellos españoles que llegaron a conocer los usos y costumbres mexicas pensaban que la espirulina era un mineral, y todavía en la década de los setenta no se sabía mucho de ella sólo que en algunos pequeños pueblos se seguía consumiendo, sólo se puso suficiente atención cuando en 1967 se notó una “especie desconocida” de alga crecía desmesuradamente en los tanques de evaporación de la industria Sosa Texcoco S.A.
La molestia verde azulosa se reportó de inmediato al Instituto Francés del Petróleo, quienes ofrecían asistencia técnica a la planta de Texcoco, después de algunas investigaciones bajo el microscopio los francés reportaron que gracias a los estudios que realizó el investigador belga, Jean Leonard, sobre el uso de alga en poblaciones africanas, habían descubierto que, sin querer, en la planta se habían recreado las condiciones perfectas para revivir un alimento ancestral, el tecuitlatl o Arthrospira máxima.
Desde ese momento se creó una planta productora de espirulina, que en aquellos días daba hasta 500 toneladas anuales de espirulina seca, convirtiendo a Sosa Texcoco, la primera empresa en industrializar la espirulina. La empresa llegó a contratar a más de dos mil empleados, incluso creó unas donas de chocolate con espirulina para los desayunos del DIF, pero tanto las donas como la empresa, desaparecieron por falta de interés en los consumidores.
Por mucho tiempo, la espirulina tuvo que ser importada pues se producía en países como Chile o Francia donde fue creada la Federación de Espiruleros; pero en los últimos años, con el conocimiento y la pronta difusión de sus propiedades la espirulina está resurgiendo en nuestro país como en Valle Verde, en el municipio de Ahuacatlán, Nayarit, donde las granjas de espirulina estiman que con el crecimiento de la dietas vegetarianas y veganas el uso del super alimento mexica tenga un gran crecimiento en los hogares y también en los restaurantes donde poco a poco los chefs se están poniendo creativos con el tecuitlatl.
Espirulina
¿Dónde? Tiendas en donde venden suplementos alimenticios y tiendas independientes en línea, se recomienda investigar muy bien dónde es producida la espirulina y qué tratamiento se le da pues no resiste altas temperaturas.
¿Cuándo? Todo el año
¿Cuánto? De $100 a $500