Fotografía de portada: Milenio
Un recorrido por los lugares de la CDMX, que vieron la Revolución pasar.
Se acerca el 20 de noviembre y una vez más toca conmemorar ese momento revolucionario de nuestra historia, que cambió todo, la manera en la que se percibe la justicia, el nombre de las calles y hasta el derecho al voto libre. La Revolución Mexicana, no sólo fue la primera gran revuelta social que se dio en América durante el Siglo XX, también fue el despertar de una nueva era.
Desde el grito de guerra que dio Francisco I Madero, hasta los años del Maximato, la CDMX fue un epicentro del conflicto. En esta urbe, se conocieron los grandes luchadores revolucionarios, se cometieron asesinatos importantes, se libraron sangrientas batallas, y hasta se le dio un refugio a la mano de Álvaro Obregón.
Vale la pena hacer un recorrido por esos espacios de la Ciudad de México que protagonizaron los grandes momentos de la Revolución de México y hoy son emblemas de nuestra metrópoli.
Palacio de Lecumberri
En la delegación Venustiano Carranza, al noreste de la CDMX, se puede encontrar El Archivo General de la Nación, un ostentoso edificio que en otra época fue una oscura penitenciaría que contaba con 804 celdas y albergó a cientos de personajes famosos en la capital. Este oscuro palacio, fue el sitio en el que tras un golpe de estado, Victoriano Huerta perpetró el asesinato del presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente Pino Suárez, dando lugar a una de las escenas más violentas de la Revolución Mexicana.
Monumento a Álvaro Obregón
En el parque de la Bombilla, sobre Avenida de los Insurgentes, hay erigido un monumento en honor a uno de los más grandes caudillos de la larga Revolución Mexicana, Álvaro Obregón. Dentro, vive una estatua de bronce en honor a Obregón y está la sala en la que antes se exhibía la famosa mano del General.
Avenida División del Norte
Actualmente es una de las arterias con mayor tránsito de nuestra ciudad. Tomó su nombre de uno de los ejércitos más aguerridos y característicos de la Revolución Mexicana. Esa fuerza militar liderada por Villa, y compuesta por campesinos , rancheros y vaqueros que durante el conflicto tuvieron una participación esencial. La División del Norte fue imparable y por una época cambió aspectos sociales y políticos en los estados del norte mexicano.
Cantina la Ópera
En el Centro Histórico de la capital, entre 5 de mayo y Filomeno Mata, hay un lugar que en su interior guarda años de historia. Un espacio que a principios del Siglo XX era visitado por Don Porfirio Díaz y que cuando llegó la Revolución se convirtió en el sitio en el que Zapata y sus camaradas planearon sus estrategias. En este emblemático restaurante, encantado por el tiempo, el mismo Pancho Villa disparó su pistola, y dejó una bala incrustada en el techo, que ahora es el deleite de todos los comensales y demás fanáticos de la historia.
Monumento de la Revolución
En 1876, Porfirio Díaz anunció sus planes de construir en la CDMX un nuevo recinto para los diputados y senadores. Algunos materiales se juntaron para iniciar lo que parecía iba a ser un suntuoso palacio para el poder legislativo. De hecho, el 23 de septiembre de 1910 el tiránico Díaz colocó la primera piedra de este proyecto. Sin embargo, antes de que el palacio pudiera ver la luz, la Revolución Mexicana se adueñó de los planes gubernamentales y esta construcción no se retomó hasta finales del conflicto, cuando el arquitecto Carlos Obregón decidió utilizar los materiales que se iban a usar para levantar un Monumento.
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